Como ya se hizo tradición desde hace algunos años, el Instituto Cultural México-Israel, invitó a la celebración de Rosh Hashaná 5775, el martes 02 de Septiembre a las 19:00 horas.
Esta noche lluviosa, no impidió que se llevara a cabo la convivencia para celebrar Rosh Hashaná que estuvo abierta a todo público y cuyo propósito fue dar a conocer a los asistentes el significado de esta festividad.
Para el inicio del Año hebreo hay dos criterios; según la Tora el mes de nisán (por marzo-abril) será el primero de los meses del año (Shenot Éxodo 12.2). Pero D-s ha establecido el comienzo del año en el mes hebreo de tishrei (por septiembre-octubre), cuando se festeja el Año Nuevo Judío o Rosh Hashaná, el mes en que D-s creó el mundo y es a partir de esta celebración cuando se cuentan los años. En este día, fue creado el primer hombre; Adán y la primera mujer Eva.
La celebración comienza al anochecer de la víspera. El shofar se toca durante la plegaria matutina. El sonido de este cuerno, casi siempre de carnero, llama a los judíos a la meditación, al autoanálisis y a retomar el camino de justicia (teshuvá). Es el primero de los días del regreso e introspección, de balance de los actos y de las acciones realizadas, de plegaria y sensibilidad especiales (Aseret Yemei Teshuvá) que terminan en el día de Yom Kippur (Día del Perdón).
Como iban llegando, las personas se les registraba y se les entregaba un cancionero, un recetario de comidas típicas para las altas fiestas y como regalo especial, un calendario Judío. Llegaron más de 100 personas, cuyo entusiasmo por conocer algo más de las tradiciones judías los llevó esta noche a ser partícipes de esta convivencia que inició con unas palabras de bienvenida a cargo de la Sra. Jenny Serur, Vice-presidenta del Instituto. Las personas del público le solicitaron a la Sra. Jenny, que cantara Jerusalén de Oro; así que amablemente, ella los complació con su impactante voz.
Posteriormente, se invitó al el Sr. Ricardo Silva (Productor de Aleph) que iniciara la explicación sobre Rosha Hashaná. Comenzó su plática por dar una explicación de lo que la Torá establece como Rosh Hashaná (Comienzo de Año), Yom Hazikaron (Día de la memoria) y Yom Teruá (Día del sonido del Shofar). Señaló que “no es necesario ser judío para hacer lo correcto, sólo se necesita hacer lo correcto”.
Dijo que el primer día del año, se juzga la calidad moral de los actos del ser humano, “el hombre tiene libre albedrío y al mismo tiempo D-s nos pondrá límites en todos los aspectos de nuestra vida para el año que está comenzando”.
El Sr. Ricardo Silva; continuo dando explicación de la tradición de los elementos y sus significados, “Se acostumbra comer miel con manzana, porque además de que es muy agradable comerla, así le pedimos a D-s que nuestro próximo año sea tan dulce como la miel”.
Contó una bella historia, para finalizar preguntando ¿cómo es posible que los judíos, después de más de 2000 años de exilio, siguen con sus costumbres? A lo que contestó que es la forma en que las costumbres, la cultura y los valores se transmiten de generación en generación. No es una historia que se transmite sólo por palabras, sino por objetos muy concretos (la Matzá, la Sucá y el Shofar) que son el vehículo de la memoria.
Al terminar el discurso del Sr. Ricardo Silva, invito a la Mora Shoshana a prender las velas y recitar su bendición de las mismas, luego el bendijo el vino; para dar lugar a la cena que se les ofreció a los asistentes.
Después la Mora Shoshana wolowelsky, acompañada del Maestro Aures Moussong con su acordeón, interpretaron algunas canciones en hebreo como: Shana Haljá, Hine Ma Tov, Hevenu Shalom, Hava Naguila y Haleluya, nuestras típicas y conocidas canciones. La gente estaba muy animada; finalmente, se dio lugar para que la Mora Shoshana contagiara con su alegría y energía a todos a bailar; donde pude sentir la magia del poder compartir tradiciones, costumbres, risas y lazos de sentimientos de amistad.
Este Rosh Hashaná, el comienzo del Año judío, no alude a ningún suceso histórico, sino al momento en que fue creado el mundo. Y aun en el caso de que esta versión al respecto no coincida con la tradicional, los valores morales de ésta última no se ven menoscabados, ya que la aparición en escena de Adán, el primer hombre, nos señala que todos somos, por igual, sus descendientes; con los mismos derechos, sin que puedan existir “razas Superiores”.
¡Shana Tova Umetuka!
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