Siempre puede estar peor..
En un viaje que hicimos a Houston decidimos ir a un hotel en lugar de casa de mis cuñados -hermanos realmente- quienes siempre nos reciben con los brazos abiertos, pero que esta vez como veníamos con una amiga, no queríamos molestar. Resulta que de repente avisan que las condiciones climatológicas cambiarían drásticamente, avisan condiciones de tormenta, frio y hasta nieve ( algo que generalmente no sucede y para lo que Houston no está preparado del todo).
Esa tarde vamos al súper a comprar lo que creímos necesitaríamos para la cena y el día siguiente, pues avisan que todo estaría cerrado. Tranquilos subimos en el elevador al piso 12 y esa tarde platicamos, cenamos y pusimos los celulares a cargar como de costumbre.
Son las 5 am y siento más frío de lo normal y preocupado por nuestra amiga salgo del cuarto y veo que el aire está apagado -yo no uso mucho Calefacción- solo pongo el aire a una temperatura cómoda, pero apagado con ese frío no, llamo a la operadora y le cuestiono ¿qué paso? Cuando me comenta que de la ciudad cortaron todo el suministro eléctrico y no sabían hasta cuándo volverían a restablecerlo. Mi mente comenzó a dar vueltas, ¿entrar al baño? ¿Cómo? Éramos tres, no había agua y no había tanta confianza. ¿Mi café de la mañana? Pues a no ser que hiciera un Frappe con el hielo de la nieve, café caliente no íbamos a tener nunca.
Esa mañana todavía funcionaban los elevadores y pudieron bajar al baño del hotel, pero para las 4 de la tarde se acabó la reserva y todo apagado y en penumbras.
Me sentí solo, nervioso, con la cabeza dándome vueltas sin poder controlar lo que siempre estaba en mis manos, uno de los celulares no se había cargado y la batería caía y caía son cesar con las llamadas y WhatssApp de la familia, que íbamos a hacer?
Tomamos la decisión de ir a casa de mis cuñados, manejando con un cuidado enorme, ya que todas las calles estaban cubiertas de hielo y nieve.
Llegamos bien a su casa y aunque sin luz, podíamos calentar un poco de agua para un café y una sopa caliente.
Quejarme no, solo de pensar en lo que vivieron mis padres donde además de carencias su vida corría peligro, donde sabemos que en Europa con los Nazis asechando a los judíos, había seres humanos escondidos en el bosque durante meses, cubiertos en un agujero en la tierra, solos, helados y sin tener casi que comer. No, yo no puedo siquiera pensar en quejarme, cómodo contra lo que estoy acostumbrado no estaba, frío hacia y mucho (pero tenía con que taparme), hambre no tenía porque nos ofrecieron de todo y pudimos comer, tener un baño para cada uno fue un detalle que agradezco e imagino nuestra amiga también.
La vida puede ser dura y hacernos pasar por momentos difíciles, pero nunca olvidemos, nunca, que siempre podría estar peor.
Avi Bleier
Foto Foto Reportelatinoamericano.com
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