*No lo tengas por esclavo, pues es libre. Por lo tanto, no lo señales con ninguna marca.
*No lo hieras ni de corte ni de punta, No es un enemigo.
*Abstente de trazar rayas en cualquier dirección. Ni por dentro ni por fuera.
*No pliegues ni dobles las hojas, Ni dejes que se arruguen.
*Guárdate de de garabatear los márgenes.
*Retira la tinta a más de una milla. Prefiere morir a mancharse.
*No intercales hojas, sino de limpio papiro"
*No se lo prestes a otro ni oculta ni manifestante"
*Aleja de él los ratones, la polilla, las moscas y los ladronzuelos.
*Apártalos del agua, del aceite, del fuego, del moho y de la suciedad.
*Usa no abuses de él.
*Te es lícito leerlo y hacer los extractos que quieras.
*Una vez leído, no lo retengas.
*Devuélvelo como lo recibiste, aunque sea desconocido, estará en el álbum de los amigos, quien obrare de otra manera será borrado.
Según José Luis Martínez, estas reglas escritas del latín figuraban en los catálogos primitivos de la Biblioteca Turriana, fundada en México durante el último cuarto del siglo XVIII.
Fragmento sacado por Benjamín Sutton del "Libro de Oro".
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