Israel reabrirá sus puertas a los turistas tras el cierre por la variante Delta
Las autoridades anunciaron que a partir del 19 de septiembre, grupos de cinco a treinta personas serían de nuevo admitidos en el país, excepto los procedentes de su “lista roja” (que incluye Brasil, Turquía, Bulgaria y México)
Tras un mes de interrupción debido a una nueva ola de contagios de covid-19, Israel reabrirá sus puertas a partir del 19 de septiembre a grupos de turistas extranjeros, anunciaron el domingo las autoridades.
Tras su campaña masiva de vacunación en invierno, Israel procedió a desconfinar gran parte de su economía en primavera y autorizó en mayo a los grupos de turistas extranjeros a entrar en el país, siguiendo el protocolo sanitario.
La semana pasada, con el inicio del curso, el país registró un récord, con unas 11.000 infecciones en un día.
Desde entonces, los casos han disminuido, hasta situarse a 4.975 el sábado, según el ministerio de Salud.
El ministerio de Turismo anunció que a partir del 19 de septiembre, grupos de turistas compuestos de cinco a treinta personas serían de nuevo admitidos en Israel, excepto los procedentes de los países de su “lista roja” (que incluye Brasil, Turquía, Bulgaria y México).
Las autoridades todavía no anunciaron la fecha de apertura para los turistas individuales.
“No habrá límites en el número de grupos extranjeros autorizados a entrar en Israel”, precisó en un comunicado el ministerio de Turismo.
De mayo a agosto, “más de 2.000 turistas entraron en Israel, principalmente de Estados Unidos y Europa”, añadió el ministerio. “Ningún caso de covid fue detectado entre estos grupos”.
Los turistas tendrán que haber recibido una segunda dosis de una vacuna anticovid en los últimos seis meses, o la prueba de una tercera dosis, precisaron las autoridades.
Por otra parte, el Gobierno de Israel espera superar pronto la cuarta ola de COVID-19 tras comenzar a registrar un ligero descenso de contagios, pero insta a actuar con cautela ante las festividades judías de las próximas semanas, en las que se prevén grandes reuniones familiares e importantes ceremonias religiosas.
El primer ministro, Naftali Benet, dijo hoy que “la estrategia de contención suave” ante la pandemia adoptada por el nuevo Ejecutivo “parece ir camino del éxito”, lo que evitará medidas drásticas de cierre ante la celebración del Año Nuevo judío, Rosh Hashaná.
Esta festividad, una de las más importantes del calendario judío, arrancará mañana por el atardecer y se prolongará durante dos días.
A diferencia del año pasado -cuando se celebró en pleno segundo confinamiento-, esta vez no estará sujeta a grandes limitaciones, pero sí se impondrán algunas restricciones: las reuniones privadas estarán limitadas a 50 personas en interior y 100 al aire libre.
Asimismo, las sinagogas que reciban a más de una cincuentena de asistentes deberán pedir certificados de inmunización o PCR con resultado negativo a los feligreses.
Durante los últimos meses, la coalición de Benet ha aplicado una política para contener el virus que ha combinado el retorno a ciertas restricciones con la aplicación de la tercera dosis de la vacuna, mientras se evitaba la imposición de un nuevo confinamiento y se mantenía la economía en marcha pese al repunte de contagios.
Sin embargo, Benet reiteró hoy que el virus aún no desapareció, e instó a los israelíes a ser “más estrictos con las mascarillas y el distanciamiento” social durante las próximas semanas.
Los expertos señalan que la ola de contagios actual muestra signos de estar desacelerándose, e indican que la aplicación de la tercera dosis de refuerzo de la vacuna -ya administrada a más de 2,5 millones de israelíes- parece comenzar a dar resultados.
“Espero que el efecto de la vacuna supere el efecto del inicio del curso escolar (que arrancó este 1 de septiembre) y veamos una bajada de la morbilidad los próximas días”, declaró hoy a una radio local el director general del Ministerio de Sanidad, Nachman Ash.
Sin embargo, este pidió también precaución para evitar que los encuentros y eventos religiosos de las próximas semanas deriven en un nuevo pico de morbilidad que revierta la tendencia existente.
“Nuestra situación es un poco mejor y hay esperanza, tal vez para estar menos preocupados, pero tenemos que permanecer alerta”, advirtió Ash.
Israel tiene actualmente más de 91.000 infectados activos, entre los que hay 679 que están hospitalizados en estado grave.
(Con información de infobae, AFP y EFE)
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