Fuimos a visitar a Lucrecia, porque mi amiga Teresa y yo teníamos una gran curiosidad por saber qué había sido de su vida, después del divorcio, que sólo dejó una hija más, a los que ya tenía previamente.
El mayor andaba como en los 13 años, la que seguía posiblemente tendría unos 11, y la más pequeña no llegaba a los tres.
Esta última fue nombrada GERTIE (se pronuncia GUERTI), en honor a la niña que trabajó en “ET, EL EXTRATERRESTRE”. Nada menos que DREW BARRYMORE.
Fuimos recibidos con pompa y a todo lujo, y desde luego que preguntamos por los niños. LUCRECIA nos refirió que los dos mayores todavía no regresaban de la escuela, y que la menor había muerto.
¡Caray! Su comentario nos cayó como una cubetada de agua, sobre todo por la frialdad con que lo hizo. Y mcualwuie q
amu recámara, y corrie todo por la frialdad con que lo hizo. Y m los niños. teresa , ás aún cuando momentos después, la niña salió de su recámara, y corrió hacia su mamá.
Antes de cualquier reacción, esta última mandó a la niña de regreso, y nos dijo que GERTIE había muerto, porque ROSA MARÍA ocupaba ahora su lugar.
¡Vaya que hacía honor a su nombre!: LUCRECIA=LOCA.
Esta anterior no es más que una anécdota real, de lo que la mercadotecnia hizo de un realizador STEVEN SPLIELBERG, cuyo producto posiblemente tuvo más impacto en los productos derivados de la película, que la cinta misma, la que personalmente se me hizo bastante común y corriente, y con toque de cursilería, como lo que dirigió posteriormente este grande de las ventas masivas, más que cineasta. Pero ¡eso sí! Creador de una generación, “GENERACIÓN SPIELBERG”.
https://www.youtube.com/watch?v=10XCN2X-7jI
GIBRÁN BAZÁN se lanza a contar una historia de cinco historias, todas ellas derivadas precisamente de quienes vivieron y fueron marcados por esa época de “ET”, “LA GUERRA DE LAS GALAXIAS” (esa sí fue película, productos y todo), o el propio “GRUPO TIMBIRICHE”.
El encuentro de tres personajes muy peculiares dentro de un elevador que se descompone, una lesbiana abandonada y auto recluida en una bodega, el típico grupo de amigos/escritores quienes se pierden en las horas mágicas del alcohol, la mujer confundida dentro de la soledad de una tina de baño, y la pareja de amantes inmersos en el encierro acordado de unas sábanas.
Vivencias diferentes, pero hiladas por circunstancias diversas y, sobre todo, por derivar todos ellos de “LA GENERACIÓN SPIELBERG”.
Desde luego, GERTIE sólo murió en la loca mente de LUCRECIA, porque finalmente continuó viviendo, a pesar de todo. Igual que los actores vivenciales de una historia de cinco historias…algunos en el recuerdo, otros más en una nueva senda, y otros en la cotidianidad de “todo sigue igual”.
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