De Disney llega la fascinante aventura de misterio del ganador de dos premios Oscar, Brad Bird: TOMORROWLAND, protagonizada por, también ganador de un premio de la Academia, George Clooney.
Unidos por un mismo destino, Frank (George Clooney) —quien fuera un niño prodigio, ahora hastiado de tantas desilusiones—, y Casey (Britt Robertson) —una brillante y optimista adolescente llena de curiosidad científica— se embarcan en una peligrosa misión para develar los secretos de un enigmático lugar perdido en algún punto del tiempo y el espacio conocido como TOMORROWLAND.
Y su misión allí cambiará al mundo —y a ellos— para siempre.
La película es dirigida, producida y co-escrita por el dos veces ganador de un premio Oscar, Brad Bird (Misión Imposible: Protocolo fantasma, LOS INCREÍBLES).
También es producida por Damon Lindelof (Star Trek – El futuro comienza, Star Trek: En la oscuridad) y Jeffrey Chernov (Star Trek – El futuro comienza, Misión Imposible: Protocolo fantasma), John Walker (LOS INCREÍBLES), Bernard Bellew (Los miserables, Exterminio 2), Jeff Jensen y Brigham Taylor (el próximo estreno de Jungle Book) son los productores ejecutivos.
Con guión del autor y co-creador de la serie “Lost” Damon Lindelof y Brad Bird, y basada en una historia de Lindelof, Bird y Jeff Jensen, TOMORROWLAND también es protagonizada por Hugh Laurie (Mr. Pip, la serie de televisión “Dr. House”), Raffey Cassidy (Sombras tenebrosas, Blancanieves y el cazador), Tim McGraw (Un sueño posible, Four Christmases) Kathryn Hahn (Hasta que la muerte los juntó), Keegan-Michael Key (Quiero matar a mi jefe 2) y Thomas Robinson (The Switch).
El excepcional equipo de Bird incluye al director de fotografía ganador de un Oscar, Claudio Miranda (Una aventura extraordinaria, El curioso caso de Benjamin Button), el diseñador de producción Scott Chambliss (Star Trek – El futuro comienza, Star Trek, En la oscuridad).
El diseñador de vestuario, nominado a un premio Oscar, es Jeffrey Kurland (El origen, La gran estafa), el editor ganador de un premio de la Academia,Walter Murch (El paciente inglés, Regreso a Cold Mountain) y el editor Craig Wood, A.C.E. (GUARDIANES DE LA GALAXIA).
Tomorrowland fue creada en 1955 por Walt Disney como una atracción del parque temático Disneyland. En aquella época los norteamericanos tenían una visión optimista del futuro. Pero con los años, sobre todo en la década de 1970, esa visión del público comenzó a ensombrecerse. Este cambio intrigó al guionista y productor Damon Lindelof, de manera que cuando comenzó a sintetizar la historia de TOMORROWLAND, se concentró en el significado de Tomorrowland y cómo podía convertirlo en el argumento de una película. “Quería volver a rescatar ese optimismo original”, comenta Lindelof.
Entonces Lindelof oyó hablar de una caja que había sido descubierta accidentalmente en un armario de los estudios Disney. La misteriosa caja contenía toda clase de fascinantes maquetas y planos, fotografías y cartas relacionadas con la creación de Tomorrowland y la Feria Mundial de 1964. Emocionado por el hallazgo, Lindelof recuerda: “Comencé a imaginar que el contenido de la caja era una guía a una historia secreta que nadie conocía. Pero de ser así, ¿cuál sería esa historia? Y la respuesta más obvia para mí era que de verdad había un lugar llamado Tomorrowland que no era un parque temático sino que existía en algún lugar del mundo real”.
Esta idea se convirtió en el punto de partida para la historia de TOMORROWLAND, que Lindelof luego desarrollaría con el director y productor Brad Bird y el productor ejecutivo Jeff Jensen.
Brad Bird y Damon Lindelof sólo tenían a un actor en mente para dar vida al desilusionado inventor Frank Walker: George Clooney. “Prácticamente desde un primer momento describimos a Frank de un modo bastante George Clooney-esco”, recuerda Lindelof, “y siempre que pensábamos en actores que pudieran dar vida a Frank, nos preguntábamos si se parecían a Clooney. Así que cruzamos los dedos e intentamos desarrollarlo lo mejor posible, infundiendo a Frank un humor un poco cascarrabias y un cierto carácter heroico, características todas que encarna George. Y luego se lo enviamos”.
Para alegría de Bird y Lindelof, al presentar el proyecto a Clooney, éste se mostró interesado y decidió aceptar el papel.
Clooney describe a su personaje Frank como un “desilusionado gruñón, que solía ser un joven soñador, un niño prodigio de la ciencia. El pequeño Frank acude a un lugar que cree que es el mejor del universo y que el mundo será mucho mejor gracias a éste. Pero descubre que esas cosas no son verdad y se convierte quizás en la persona más cínica del mundo. Se recluye en la granja de su familia y planea pasar allí el resto de su vida, pero una serie de circunstancias que tienen lugar en la película lo fuerzan a enfrentarse a su pasado”.
Para el papel del brillante científico David Nix, los productores seleccionaron a Hugh Laurie por lo que ellos definen como su “extraordinaria inteligencia; una cierta peligrosidad socavada por grandes dosis de humor”. El mismo Laurie recuerda haber quedado “completamente fascinado por la primera conversación que tuve con Brad y Damon sobre el malsano derrotismo que se ha apoderado del mundo. La vida moderna ofrece incontables beneficios, pero no parece traernos una sensación de satisfacción, triunfo o realización. Brad y Damon me expusieron esta extraordinaria visión de un futuro totalmente opuesto a las ideas populares que imperan hoy en día, y me pareció fascinante”.
Al describir la diferencia entre su personaje David Nix y Frank Walker (Clooney), Laurie señala: “La idea de Frank era crear cosas divertidas, que mejoren las vidas de las personas porque aportan placer y alegría, y son fuente de esperanza”, explica Hugh Laurie. “Nix sólo está interesado en el aspecto más utilitario de la investigación; la vida para él supone una exploración científica incesante porque cree que el hombre fue puesto en la Tierra para acumular y desarrollar conocimiento”.
Los productores sabían que sería difícil hallar a la actriz que interpretara el papel de Casey —una adolescente optimista con una curiosidad científica infinita— porque quienquiera que fuera, iba a tener que hacer gran parte del trabajo duro. Necesitaría una enorme dosis de confianza, valor y energía. Vieron a muchas jóvenes, pero finalmente Britt Robertson se quedó con el papel. “Nunca me había topado con una joven actriz tan llena de entusiasmo y dedicación”, cuenta emocionado el productor Jeffrey Chernov. “Es un soldado. Debió zambullirse en aguas heladas, hacer equilibrio, se la jaló, tironeó, estiró, sumergió, empapó, pero a Britt nada parecía detenerla”.
Robertson habla de su personaje Casey Newton, la hija de un ingeniero de la NASA que está por ser despedido porque el programa espacial ha sido prácticamente cancelado: “Casey es una chica muy inteligente, que siempre soñó con ser astronauta. Es su pasión y lo que siempre la mantuvo unida a su padre. Casey siente este deseo de hacer cosas importantes y cambiar el mundo; quiere que el mundo sea un lugar lleno de esperanza e inspiración, pero no sabe qué hacer para conseguirlo”.
Los realizadores hallaron un verdadero tesoro al dar con la joven Raffey Cassidy, quien da vida al personaje de Athena. “Raffey es la prueba de que la gente puede marcar una diferencia”, señala el productor ejecutivo John Walker. “El cinismo y el sarcasmo están a la orden del día; mientras que la honestidad, el optimismo y el amor parecen haber pasado de moda. Así que fue maravilloso ver a esta chica que trae una enorme dosis de energía positiva. En la cinta de su audición, al final de cada toma, Raffey levantaba el pulgar en señal de aprobación. Esta niña es una verdadera inyección de energía. Es la personificación de la película.”
En la película, Athena le da a Casey un pin que la insta a salir en búsqueda de Tomorrowland. “Athena había estado buscando una recluta”, cuenta la joven Raffey Cassidy sobre su personaje, “y realmente espera que Casey sea la persona indicada porque ése era su último pin. Casey tiene coraje, determinación y esperanza, y eso es lo que necesita Tomorrowland”.
Completan el reparto Keegan-Michael Key y Kathryn Hahn, quienes dan vida a los Gernsbacks, unos personajes muy extraños, dueños de una enorme tienda de recuerdos; Tim McGraw, quien interpreta al padre de Casey y es un ingeniero de la NASA; y Thomas Robinson, quien encarna al joven Frank, un joven soñador con una prodigiosa mente científica
Encargado de dar vida a Tomorrowland, el diseñador de producción Scott Chambliss de inmediato puso manos a la obra. “En ningún lugar del guión se describía a Tomorrowland”, cuenta Chambliss. “Con lo cual, pasamos gran parte de nuestro tiempo de preparación trabajando con Brad y Damon en el desarrollo no sólo del aspecto sino también de lo que significaba Tomorrowland. Crear una civilización utópica única es una tarea compleja y abrumadora. Pero en ello radica el placer de crear algo especial que sorprenda al público”.
A la hora de crear una ciudad que hubiera sido construida por visionarios con tecnologías de avanzada, los realizadores sabían que el aspecto era esencial, pero hallar un lugar así no sería una tarea sencilla. Al principio parecía que toda Tomorrowland iba a tener que ser construida de cero, una propuesta costosa y que demandaría mucho tiempo. Pero luego, tras una serie de maravillosas coincidencias, Tom Peitzman, el productor de efectos visuales y co-productor de la película, se topó con una locación con un verdadero aire futurista y se la enseñó al director Brad Bird. La locación resultó ser la Ciudad de las Artes y las Ciencias de la ciudad de Valencia, España, diseñada por Santiago Calatrava, cuya obra ya había servido de inspiración al diseñador de producción Scott Chambliss. Lo cual además se ajustaba mejor a la preferencia del director Brad Bird por las locaciones físicas en lugar de los sets virtuales.
Pero no toda la ciudad de Tomorrowland podía construirse en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, en especial el monorriel, la enorme esfera de energía, y el inmenso monitor, conjuntamente referidos como el set de Bridgeway Plaza. La construcción del set duró seis meses y ocupó una superficie del tamaño de media cancha de fútbol. El set era tan inmenso que no existía ningún estudio con esas dimensiones, además se necesitaba una altura considerable para realizar el trabajo aéreo y albergar a las grandes grúas necesarias para sostener las luces que iluminaran el set. A ello se le sumaba además el hecho que el set debía adaptarse a las distintas épocas que se suceden a lo largo del guión.
El set de Bridgeway Plaza presentaba un monorriel completamente funcional (llamado el vehículo suspendido). Una vez que se construyó el monorriel y las luces y los cristales estuvieron colocados, pesaba cerca de 16 toneladas. Eso significaba que el equipo de producción debía resolver cómo mover en forma segura el pesado monorriel —cargado con el reparto principal—sobre una vía suspendida a unos 5 metros del suelo, además de detenerlo exactamente en la misma posición una y otra vez. Para ello idearon unos cabrestantes hidráulicos que podían cerrarse muy rápidamente en una emergencia, y unos frenos que podían accionar cada vez que deseaban que el monorriel se detuviera en un punto determinado, abriera automáticamente la puerta y permitiera descender al reparto
En la historia, una búsqueda en Internet lleva a Casey a Houston, Texas, y a la extraña tienda de recuerdos llamada Blast From the Past, que fue totalmente construida de cero en un estudio de grabación. Blast from the Past es una mezcla de las tiendas de libros de historietas de ciencia ficción que el director Brad Bird y yo recordábamos de nuestra juventud”, señala el diseñador de producción Scott Chambliss. “Distintas ciudades, distintas tiendas, pero la misma sensación que uno tenía de niño en esas tiendas donde sencillamente quería pasarse la semana allí dentro, examinando todo. La decoradora de sets Lin MacDonald pasó meses curando la colección; hay miles de objetos, tanto comprados como fabricados por la producción, y numerosas piezas originales, incluidas algunas que Brad trajo de su propia colección”.
Pero para los realizadores, sólo un set logró despertar el tipo de fascinación que encierra la película: la base de lanzamiento espacial de la NASA en Cabo Cañaveral, Florida. “Pasamos un par de semanas en la plataforma de lanzamiento 39 desde donde se lanzaron todas las naves Apolo y transbordadores espaciales”, señala el productor ejecutivo John Walker, reviviendo la emoción del momento. “El sólo hecho de estar allí fue increíble. Recuerdo en mi infancia cuando veía despegar todos esos fantásticos cohetes por televisión. Mientras estábamos allí, tuvo lugar el lanzamiento de la sonda Mars Maven, que logramos ver en vivo y desde una ubicación más cercana aún que la prensa. Fue fabuloso”.
Pero si bien por lejos Cabo Cañaveral fue la más espectacular emocionalmente, fue sólo una de las numerosas locaciones de la película. La fotografía principal de la película comenzó en una granja en Pincher Creek, Alberta, donde los realizadores pagaron a un granjero para que sembrara un trigo de invierno que daría a los campos esa tonalidad ámbar especial que para el director Brad Bird supone la imagen rural perfecta. Luego el equipo de producción se trasladó a una granja en Enderby, en la región de Okanagan de la Columbia británica, para rodar la granja de Walker y sus campos de maíz, también cultivados expresamente para la película.
Además de los sets en España y Canadá, las locaciones incluyeron la atracción “It’s a small world” del Disneyland Park en Anaheim, California, una playa en las Bahamas y el rodaje de una segunda unidad en París. En total, la película contó con más de 90 combinaciones diferentes de sets y locaciones, y se trasladó diez veces de lugar.
TOMORROWLAND es la quintaesencia de una película Disney con una enorme escala, innovadora narración e increíbles efectos especiales. Cuando se estrene en Latinoamérica a partir del 21 de mayo de 2015, TOMORROWLAND promete embarcar al público en un viaje electrizante lleno de aventuras a través de nuevas dimensiones sólo imaginadas en sueños.
Resumiendo lo que espera que los espectadores se lleven después de ver TOMORROWLAND, el director Brad Bird señala: “Esperamos que el público se divierta y, con un poco de suerte que también hayamos logrado ofrecerles algo sobre lo cual conversar y reflexionar luego… y quizás hasta empezar a imaginar una clase de futuro diferente”.
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