“Star Wars”: Una Mirada A La Saga Clásica De Ciencia Ficción
por Enrique Kirchman (revistapantallas.com)
En 1977, a pesar de sus propias dudas, George Lucas estrenó el inicio de una de las sagas más exitosas de la historia del cine, estableciendo récords y un punto de referencia para el género de ciencia ficción. Y cuando digo “a pesar de sus propias dudas”, me refiero a que el día que se estrenó “Star Wars: Episode IV – A New Hope” en mayo de 1977, Lucas estaba tan seguro de que la película iba a ser un fracaso en taquilla, que prefirió no asistir al estreno e irse de vacaciones a Hawái con su amigo, el también director Steven Spielberg, donde de hecho se les ocurrió otra gran saga, “Raiders Of The Lost Ark”, la historia de Indiana Jones.
Sin embargo, Lucas no pudo estar más equivocado. “Star Wars” se convirtió en un éxito, no solo a nivel taquilla, sino también ante la crítica, y se generó un movimiento cultural que ha perdurado hasta el día de hoy con uno de los mayores grupos de fanáticos surgidos de una producción cinematográfica. Por si fuera poco, entre las seis películas que componen la saga, se han alcanzado 22 nominaciones a los premios Oscar, de los cuales han ganado siete. La mayor cantidad de nominaciones y premios los consiguieron con la primera película estrenada, “Star Wars: Episode IV – A New Hope”, por la que obtuvieron 10 nominaciones y ganaron seis. Lo interesante fue que esta se convirtió en la primera película de ciencia ficción en ser nominada a mejor película en los Oscar, aunque perdió en esta categoría frente a “Annie Hall” de Woody Allen (otra de mis películas y directores favoritos).
Con una trama compleja compuesta por un híbrido de géneros donde predomina la ciencia ficción, con fuertes matices del drama, romance, aventura, acción y hasta algo de western (encarnado en la personalidad de cowboy y outlaw de Han Solo, en el que el Millenium Falcon hacía las veces de su fiel caballo), la hexalogía “Star Wars” se adentra literalmente en un universo intergaláctico que no resulta para nada ajeno a la realidad de la humanidad. Aunque con una visión futurista de “una galaxia muy muy lejana”, la premisa, sus personajes y las acciones nos conducen a una inevitable relación analógica con distintas épocas mundiales, en distintos espacios. De ahí que se hace fácil para el espectador sentirse identificado y atraído por su historia.
Política, Guerra y Religión
Al ver la última trilogía estrenada –“Star Wars: Episode I – The Phantom Menace” (1999), “Star Wars: Episode II – Attack Of The Clones” (2002) y “Star Wars: Episode III – Revenge Of The Sith” (2005)– es que finalmente podemos llegar a entender cómo fue que Darth Vader y el Emperador (El Canciller Supremo Palpatine) se convirtieron en los líderes temerosos del Imperio Galáctico. De hecho, estas tres películas son las que muestran más marcadamente en su trama aquellos factores de estrategia y manipulación política de dos grupos que ostentaban el poder: la reina Amidala como defensora de la República y Palpatine como ambicioso de un poder tiránico. Aunque ambientada en la galaxia, la saga alude a algunos sistemas políticos y gubernamentales conocidos por todos: el democrático, a través de la mencionada República; el monárquico, al que emana de la reina Amidala; y el dictatorial, que entra a partir del “Episodio IV”, cuando el Emperador toma las riendas y somete al resto de la galaxia.
Sin embargo, no podemos evitar encontrar ciertas similitudes de aquella guerra de las galaxias con la Segunda Guerra Mundial. Desde el ascenso al poder de Palpatine cuando fue nombrado canciller por propuesta de la reina Amidala, tal cual como pasó con Hitler en 1933 cuando el presidente de la República de Weimar Paul von Hindenburg lo nombra canciller, hasta la creación de su ejército de clones que denotaba la manipulación masiva que ejerció Hitler, quien al igual que Palpatine, fue eliminando toda competencia política para lograr posicionarse como el Führer. En el caso de “Star Wars”, Hitler es representado de forma dual a través de los personajes del Emperador y Darth Vader: aquel por su metodología para alcanzar el poder y este último por ser el ejecutor de los planes del Emperador. Recordemos que en el universo diegético de “Star Wars”, Darth Vader es un Sith, y estos siguen una “regla de dos” impuesta por Darth Bane, que dice “Dos deberá haber; ni más ni menos. Uno para encarnar el poder, y el otro para ansiarlo”, refiriéndose a que entre los Siths debe haber siempre un maestro y un aprendiz, por lo que los dos juntos forman un solo ser, que lo podemos interpretar como la dualidad del tiránico líder alemán. Este concepto se puede reforzar por la vestimenta de los almirantes y soldados del Imperio, que se asemejaban bastante al de los Nazis, además de que también se caracterizaban por experimentar con varias formas de torturas, asesinatos y hasta genocidios. Recordemos como un Anakin casi en transición al lado oscuro formó parte de la matanza de los Jedi; una evidente referencia al holocausto judío.
A propósito de los Jedi, estos son los que llevan la carga religiosa dentro de la película, y como tal no hacen alusión a una religión específica, sino a varias. Como mencioné en el párrafo anterior, el exterminio Jedi por parte del Imperio nos lleva a pensar inmediatamente en la persecución de los nazis a los judíos, tal vez por los mismos motivos: que los Sith predominaran por sobre los Jedi, tal como la raza “aria” que pregonaba Hitler, y arrebatarles la influencia global que ejercían. Sin embargo, si analizamos a fondo las características de los Jedi, encontraremos algunas similitudes también con la religión budista. De hecho el Código Jedi es muy parecido a las Cuatro Nobles Verdades del Budismo, que de forma general establece que “el sufrimiento se origina en el ansia que causan los deseos, los sentidos y el placer sensual”; de ahí que los Jedi no pueden enamorarse y deben deslindarse de cualquier sentimiento de amor, ya que esto puede derivar en temor y finalmente en odio.
Código Jedi:
No hay emoción, hay paz.
No hay ignorancia, hay conocimiento.
No hay pasión, hay serenidad.
No hay caos, hay armonía.
No hay muerte, está la Fuerza.
La característica de no poder enamorarse, o sea, de vivir en celibato, también nos lleva a comparar a los Jedi con el sacerdocio cristiano, de hecho, al ser representados también como soldados, podrían comparárseles incluso con los Caballeros Templarios, una poderosa orden militar cristiana de la Edad Media que fue exterminada y disuelta, tal como finalmente le ocurrió a los Jedi, dejando a Luke Skywalker como el último de la orden, después de que Yoda muere (hasta que “Star Wars: Episode VII – The Force Awakens” se estrene y conozcamos quiénes son los nuevos Jedis).
La puesta en escena: el éxito de la primera trilogía, el fracaso de la última estrenada.
“Star Wars” está grabada en la mente de los espectadores por muchas razones. Primeramente tenemos un elenco excelentemente elegido (un acierto que solo atañe a la primera trilogía estrenada) cuya química era fácilmente perceptible en pantalla, logrando la empatía inmediata del público, al poder elegir su favorito de una gran gama de personajes. Desde el romance entre Leia y Han Solo, con grandes momentos cómicos por la personalidad volátil y sarcástica de ambos (cuando Leia le dice “Te amo” y Han responde “Yo sé”), hasta el bromance de Solo con Chewbaca, el amor odio de C3 PO y R2 D2, la relación padre/hijo de Obi-Wan y Luke, o simplemente la imponente presencia de Darth Vader, entre muchos otros personajes secundarios (los stormtroopers, Ewoks, etc) que de alguna u otra forma captaron nuestra atención. Además, se podían mezclar las parejas y todavía encontraríamos química y balance emocional entre unos y otros. Esta misma sensación, lastimosamente, no se logró con los tres últimos episodios estrenados. Natalie Portman como Amidala, Hayden Christensen como Anakin y Ewan McGregor como Obi-Wan no llegaron a generar ni siquiera un 25% de la empatía que sí logró Carrie Fisher y Harrison Ford, como Leia y Han Solo respectivamente.
Los efectos visuales y sonoros son otros de los aspectos más destacados de la saga, de hecho fueron las categorías en las que más estuvieron nominados a los Oscar. Lo impresionante es lo que Lucas pudo lograr con las primeras tres estrenada en los años 1970 y 1980, que aún hoy las vemos y podemos elogiar lo recursivo de sus metodologías para conseguir ciertos efectos en una época en la que la computadora no era la principal herramienta que es ahora. Sin embargo, en las tres últimas versiones, a pesar de contar con la tecnología digital, los efectos no fueron tan destacados y para ser las primeras tres partes de la historia original cronológicamente, tenía una prolijidad visual que alteraba la continuidad de las previamente estrenadas, que evidentemente no contaron con la misma tecnología computarizada.
En cuanto a la dirección de arte, “Star Wars” se lleva todos los aplausos, tanto en la búsqueda de locaciones naturales, la construcción de decorados, así como en los efectos de maquillaje y vestimentas. Con solo viajar a Túnez, los fanáticos podrían conocer varios de los sets naturales en que se filmaron icónicas escenas de la saga: desde Ksar Hadada, como el sitio de esclavos en Tatooine, hasta la región de Chott el Djerid o el Hotel Sidi Driss, que fue utilizado como el decorado del interior de la casa de la familia Lars, donde vivió Luke. Curiosamente, Tatooine, el planeta que fue representado en Túnez, toma su nombre de la verdadera región Tataouine, en Túnez. De hecho la web de GoEuro contiene una lista de 31 locaciones en las que se rodaron escenas de la saga (incluyendo algunas del “Episodio VII”,que se estrena el 17 de diciembre de 2015), y una guía de cómo llegar a los distintos destinos desde tu país de origen; ya sea que quieras visitar los parques de Legoland (en Londres, Los Ángeles, Orlando, etc.) o los sets de filmación como el del mencionado Túnez, o Tikal en Guatemala, entre otros.
Los efectos de maquillaje y vestimenta son otros de los aspectos representativos de “Star Wars”. Aunque los Episodio I, II y III no fueron tan exitosos en lo que a actuaciones y trama se refiere, al menos el vestuario de Amidala figuró en una edición especial de la revista Vogue, debido a su impecable diseño y elaboración (además de la variedad; Amidala era como la Carrie Bradshaw de la galaxia) y no olvidemos que las vestimentas de los soldados del Imperio y de la Rebelión en los Episodio IV, V y VI también pertenecen a la iconografía del cine, especialmente el diseño de vestuario de Darth Vader.
Uno de los aspectos más importantes de unificación de la saga es, sin lugar a dudas, la musicalización tan característica, que le valió el Oscar a John Williams, este fantástico compositor musical que ha creado las bandas sonoras más famosas del cine (“Superman”, “Indiana Jones”, “Jaws”, etc). Lo interesante de “Star Wars” es que Williams creó un leitmotiv para cada personaje y hasta para algunas duplas. Todos identificamos inmediatamente la “Marcha Imperial” que representa la introducción de Darth Vader, pero también hay un tema musical para representar, por ejemplo, los momentos de hermandad entre Luke y Leia o la tensión sexual de Han y Leia. El trabajo de composición de Williams no solo retomó la utilización de grandes orquestas sinfónicas para crear bandas sonoras de películas, sino que también reavivó el uso del leitmotiv, y en el caso de Williams, se le da mayor crédito por su inspiración en los estilos del alemán Richard Strauss o el contemporáneo Max Steiner.
“Star Wars: Episode VII – The Force Awakens”
¿Cuál será la trama de la próxima película? Los trailers han revelado muy poco, de hecho nos han llevado a lo confusión, pero si vemos el Episodio V y VI tal vez podamos intuir algunas líneas de acción en “The Force Awakens”. Por un lado, Yoda nunca estuvo muy convencido de la capacidad de Luke de convertirse en Jedi, la misma corazonada que tuvo con Anakin cuando Obi-Wan quiso entrenarlo. ¿Será posible que Luke sea el villano en la próxima película? En una escena del Episodio V, Luke abandona el planeta Dagobah donde Yoda se exilió, en contra de las recomendaciones de este y el espíritu de Obi-Wan. En ese momento, mientras Luke parte en su nave con R2 D2, Yoda le advierte a Obi-Wan:
“Te lo dije, ese chico está descarreado. Ahora todo ha empeorado”. A lo que Obi-Wan responde : “Ese chico es nuestra última esperanza”. Y Yoda replica: “No, hay otra”.
Tal vez, en este inconcluso e intrigante diálogo Yoda estaba sugiriendo que la otra esperanza era que Darth Vader se convirtiera de vuelta a lado correcto de la fuerza, y fuera quien acabara con la vida del Emperador, tal como sucedió… O tal vez, previó que Luke finalmente se convertiría al lado oscuro (y no es para menos, luego de que tuvo que enfrentar al tirano Darth Vader en batalla, sabiendo que era su padre, y justo cuando este se convierte en un ser bondadoso, muere… Psicológicamente debe estar bastante perturbado) y el balance de la fuerza recaería en otro miembro de los Skywalker (los hijos de Leia y Han, por ejemplo, o los del mismo Luke, si algún día se casó). Esta teoría se reafirma cuando Yoda, antes de morir le advierte “La fuerza corre fuerte en tu familia. Pásale al próximo lo que has aprendido”… Todo parece indicar que el papel de Daisy Ridley en “The Force Awakens” es el de la hija de Solo y Leia (ya que la vemos en un ambiente desértico parecido al de Tatooine, y conversando con Han en una escena del trailer), por lo que puede ser ella la que hereda la fuerza… ¿Pero de dónde salió el personaje que interpreta el actor John Boyega, quien aparenta ser Jedi también? Y lo más importante, ¿quién es el personaje que dice que terminará lo que empezó Darth Vader (al enfocarse la máscara quemada de éste)? El último que estuvo cerca de esa máscara quemada fue Luke, dado que fue él quien quemó el cuerpo de su padre… Hay muchas incógnitas y expectativas respecto a este próximo estreno. Todo puede pasar, dado que han pasado 30 años en la historia, y falta ver como Lucas (o mejor dicho, J. J. Abrams) explica sus vidas después de tres décadas… Supongo que nos tocará esperar al estreno…
Trailer:
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