Reputación e imagen pública, un dúo para triunfar a nivel profesional
- Expertas afirman que lo más importante es vendernos como somos; dan algunos consejos para potenciar nuestras capacidades
Construir una reputación lleva años. Es un proceso que implica la construcción de una imagen coherente, la identificación por parte de un colectivo y que explote la esencia de cada persona o entidad, sin forzar ni crear algo que no somos, afirmaron Beatriz Morales y Tania Zozaya, de Beyond Image Consulting, durante la conferencia ‘La importancia de la imagen pública y sus aplicaciones’, celebrada en la IBERO.
Durante la charla, las expertas dieron algunos consejos para destacar a nivel personal y profesional, y colocar nuestra marca personal o de la institución en la que trabajamos de una forma impactante y sólida.
“La reputación es la imagen pública sostenida en el tiempo. Para que una imagen realmente logre su objetivo tiene que ser construida a partir de la esencia; la esencia es la parte fundamental de algo. Si no se toma en cuenta la esencia en la construcción de una imagen, no vamos a lograr la coherencia que buscamos”, afirmó Beatriz Morales.
Por ello, la imagen pública “es la percepción compartida de una persona o institución por parte de sus grupos objetivos; se forma una respuesta colectiva unificada, en pocas palabras, formamos la misma opinión de una institución o persona”. Recordó que la reputación o imagen sostenida se edifica durante muchos años, pero en unos segundos se puede perder.
Afirmó que “a mejor imagen, mayor poder de influencia, mayor conocimiento, mayor confianza, mayor comunicación y mayor credibilidad. Entonces, para ser, hay que parecer”.
Vendernos como marca
Para Tania Zozaya, egresada de la Licenciatura en Derecho de la IBERO y consultora de imagen, es vital tener las herramientas adecuadas para triunfar en el mundo profesional; eso implica la apariencia física, la vestimenta, el lenguaje verbal y no verbal, los protocolos de presentación, la ortografía, uso de redes sociales y hasta la proxemia —uso del espacio—.
Sin embargo, lo principal debe ser el amor que nos tengamos. “Para tener una buena imagen, lo primero que debes saber es que vas a usar tu cuerpo como es; tu cuerpo es perfecto, todos quisiéramos cambiar algo; cuando te quieres, se nota, y cuando no te quieres, se nota más. ¿Cómo tener una buena imagen? Hay que quererte. Sacarle partido a lo que somos”.
Agregó: “Ustedes son lo que son y así son perfectos, y así su imagen está bien. Está mal pensar que la imagen es estar más flaco o ser más alto o tener el cabello más largo; quien eres, eso es imagen; sácale provecho a esa imagen, porque si no, estás vendiendo algo que no tienes. No puedes vender lo que no eres”.
Una vez que se considera la esencia, la experta afirmó que hay elementos para impulsar la imagen profesional. Dijo que ser profesional “no es un título, es ser tú, es una persona que se dedica a algo y actúa conforme a eso. La imagen es percepción de una persona o institución por sus grupos objetivos, en el desempeño de su actividad profesional. No importa a lo que te dediques, si fue lo que estudiaste o no, cada vez que estés haciendo algo a nivel profesional tienes que tener cierta imagen y hay ciertos estándares que se deben cumplir”.
- Tratamiento: el uso del ‘tú’ y el ‘usted’. Por protocolo, se les habla de ‘usted’ a los adultos mayores, a superiores jerárquicos, personas de servicio y quienes ostentan un rango o puesto en el servicio público. ‘Tutear’ funciona para similares. En todo caso, se debe preguntar, no asumir, la forma en la que prefiere ser tratado el interlocutor.
- Saludo: la mano debe estar en forma vertical, recta. El encuentro debe ser rápido y fuerte, pero sin apretar demasiado. Las condolencias se hacen de forma similar, nunca tomar con las dos manos la extremidad del doliente, y siempre observar a los ojos. Si sudan las manos, se recomienda llevar un pañuelo en la bolsa y secarlas antes de saludar. Los besos se deben dar al aire y con un chasquido (discreto y rápido). En el ámbito profesional no se besa, sólo se da la mano. En la oficina, no se saluda a todos, es suficiente con una alocución de forma general ‘al aire’. Se saluda al jefe inmediato, y sólo en ocasiones al director general.
- Presentaciones: la etiqueta señala que el hombre es presentado a la mujer; el menor es presentado al mayor; y las personas de menor jerarquía son presentados a los de mayor nivel profesional.
- Postura: una buena postura es estar recto. Los pies paralelos a los hombros. Los ojos paralelos al piso. Los pies generar tracción y siempre se deben 'jalar los pies'. Los tacones si no se controlan, no se usan. Estar derecho da seguridad y confianza.
- Contacto visual y puntualidad: mirar a los ojos abre la posibilidad para conseguir lo que se busca. El interlocutor percibe confianza y seguridad. La puntualidad denota interés por el otro.
- Proxemia: se refiere al espacio —dividido en público, social, personal e íntimo— de acción de una persona. Respetar el espacio habla mucho y proyecta nuestra imagen.
- Tono y ritmo: se debe manejar el tono (modo en que decimos algo), hablar con seguridad y claridad; el ritmo es lo rápido o lento que hablas, debe estar en un punto medio para no desesperar o dificultar el entendimiento.
Redes sociales, cada vez más revisadas
Tania Zozaya indicó que la revisión de las redes sociales por parte de reclutadores es cada vez más frecuente, por lo que debemos cuidar lo que publicamos y generar una reputación a nivel digital; pues es una primera impresión de lo que somos. Las redes se pueden convertir en un elemento a favor o en contra en nuestra vida profesional.
Hay que tomar en cuenta que nada se borra; se debe tener buena ortografía y tener cuidado con lo que se publica en las diferentes plataformas. “Lo que ustedes suban, es una muestra de lo que son. Las redes dicen mucho más de lo que creen”, enfatizó la integrante de Beyond Image Consulting, frente a académicos y estudiantes de la Iberoamericana.
Respecto al uso de redes profesionales como LinkedIn, apuntó que se debe poner información de valor agregado, ser precisos e impactar con los estudios. Poner nombre, edad, intereses y aptitudes reales. No mentir. Se debe crear un correo con nombre y apellido; y de acuerdo con el protocolo, los e-mails se responden en menos de 24 horas, y deben llevar un saludo y una despedida.
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