No lo tengas por esclavo, pues es libre, Por lo tanto, no lo señales con ninguna marca.
No lo hieras ni de corte ni de punta: No es un enemigo.
Abstente de trazar rayas en cualquier dirección. Ni por dentro ni por fuera.
No pliegues ni dobles las hojas. Ni dejes que se arruguen
Guárdate de garabatear en los márgenes.
Retira la tinta a más de una milla. Prefiere morir a marcharse.
No intercales sino hojas de limpio papiro.
No se lo prestes a otro ni oculta ni manifiestamente.
Aleja de él los ratones, la polilla, las moscas, y los ladronzuelos.
Apártalo del agua, del aceita, del fuego, del moho, y de toda suciedad.
Fragmento sacado del Libro de Oro, por Benjamín Sutton.
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