Por: Dr. Francisco Suárez Hernández, Director General de AdeS para América Latina y Ex Presidente del Consejo del World Environment Center.
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En algunas columnas he venido comentando los avances de los principales países del mundo integrantes del G-7, quienes dieron pasos importantes para ayudar a revertir los efectos e impacto del cambio climático. Los presidentes, ministros de medio ambiente y finanzas de Inglaterra, Estados Unidos, Alemania, Japón, Canadá, Francia e Italia participaron en varios encuentros entre mayo y junio donde acordaron compromisos para detener y revertir la pérdida de biodiversidad para 2030, abordar la deforestación, la contaminación marina, el comercio ilegal de vida silvestre, y solicitaron que el mundo se convierta en emisiones cero neto, así como todos estar en línea con “naturaleza positiva”.
Afortunadamente ya en diferentes foros, y organismos internacionales el término “naturaleza positiva” comienza a ser más frecuente, el cual significa mejorar la resiliencia de nuestro planeta y las sociedades para detener y revertir la pérdida de la naturaleza. Esto representa un cambio de modelo real en la forma en que las naciones, las empresas, los inversionistas, y los consumidores en general ven la naturaleza.
Un enfoque de naturaleza positiva apoya directamente la biodiversidad, almacena carbono, y cuida el agua. En resumen, un enfoque de naturaleza positiva mejora la resiliencia de nuestro planeta, y nuestras sociedades. Es un pensamiento que tiene en el centro nuestro futuro común sin importar fronteras geográficas. Asimismo, es un nuevo modelo de negocio basado en la regeneración, la resiliencia y economía circular. El principal enfoque de naturaleza positiva se basa en ayudar a detener y revertir la destrucción de la naturaleza para 2030 con una recuperación completa de la biosfera para 2050.
Para empezar realmente a lograr escala, además del G7, 88 jefes de estado han firmado “el compromiso de los líderes por la naturaleza” para revertir la pérdida de biodiversidad para 2030. También es un objetivo apoyado por 126 premios Nobel en la declaración “Nuestro planeta, Nuestro futuro”, así como ya parte relevante de una red de líderes de todos los sectores que ya se sumaron al esfuerzo.
Para efectos prácticos, y según el Foro Económico Mundial: ¿qué significa naturaleza positiva en nuestro día a día? Deben ser objetivos claros, y viables que capturen la conectividad de los ecosistemas. Son metas claras para mejorar los procesos de: los ciclos del agua, el nitrógeno, el carbono y el fósforo, por solo nombrar algunos.
Un objetivo de naturaleza positiva no solo es necesario y clave para cumplir el acuerdo climático de París de reducción de emisiones. Cualquier definición de naturaleza “neta” positiva debe indicar claramente que las empresas y los países no pueden destruir la naturaleza en un lugar y restaurar en otro.
Esto significa que los gobiernos, las ciudades y las empresas deben saber qué medir. Al día de hoy, los objetivos cuantitativos propuestos son los siguientes: pérdida cero de la naturaleza a partir de 2020, naturaleza positiva para 2030 y recuperación total para 2050.
Un paso importante hacia esto es apuntar a proteger el 30% de la tierra y el océano para 2030 y el G7 se comprometió con este objetivo. Para garantizar un planeta realmente operativo y seguro para la humanidad debemos invertir en la recuperación de nuestras economías de una manera que paralelamente beneficie el empleo y la prosperidad, aborde la crisis climática y garantice la justicia y la equidad, o como lo ha citado el presidente Biden en varios foros climáticos, “reconstruir mejor”. No podemos permitirnos invertir en infraestructura que no sea climáticamente inteligente y se debe comprometer a colocar la naturaleza al mismo nivel que el clima.
Es fundamental el compromiso del G-7 con el objetivo de lograr la neutralidad en términos de emisiones de carbono a más tardar en el 2050, pero realmente requerimos un esfuerzo de todos los países. En México y América Latina requerimos líderes sostenibles que puedan apoyar este camino en todos los sentidos de inversión, infraestructura, y legislación para que esto suceda. NO puede ser un tema negociable entre cambio de gobierno a cualquier nivel, es tarea de todos los sectores, y ciudadanos solidarios tener la salud del planeta y naturaleza en el primer lugar de nuestra agenda, siempre.
Una meta “naturaleza positiva” no es un sueño que se hará realidad dentro de muchas generaciones, es una meta ya para la próxima década. Y es cada vez más importante que todos los sectores y países se sumen con metas y métricas claras.
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