Tanto el libro como el documental, abordan periodísticamente el dramático fenómeno de las desapariciones forzadas en México.
Su tesis principal es que la desaparición forzada consiste en un delito donde está implicado el Estado —por omisión o acción directa—, con el propósito, entre otros, de crear terror y aniquilar los movimientos de disidencia y protesta social.
Tras los hechos ocurridos en Guerrero el 26 de septiembre, 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, desafortunadamente el trabajo de Luis Ramírez Guzmán y Federico Mastrogiovanni cobra más vigencia que nunca, para dar cuenta de este fenómeno y explicar lo que está ocurriendo en el país.
El título, NI VIVOS NI MUERTOS, hace alusión al terrible proceso de incertidumbre y desoladora tristeza de las familias de los desaparecidos, quienes, abandonadas por las autoridades, ven con frustración que sus familiares se han convertido en lo que el dictador argentino Videla expresó en 1979 con absoluto cinismo:
“Es un desaparecido, no tiene entidad. No está ni muerto ni vivo, está desaparecido... Frente a eso no podemos hacer nada”.
Nadie debería ser llamado al engaño: la desaparición forzada no es un acontecimiento casual, sino que constituye una verdadera estrategia de terror, a lo largo de todo el territorio, que es funcional al Estado, a través de la cual se benefician a las instituciones corrompidas, a la delincuencia organizada e incluso, como lo demuestra el trabajo de Federico Mastrogiovanni y Luis Ramírez Guzmán, a corporaciones trasnacionales.
Federico Mastrogiovanni
Es un periodista italiano que vive y trabaja en México. Se ha ocupado de organizaciones y comunidades indigenas, movimientos sociales y ambientales en Colombia, Bolivia, México para diferentes medios entre los cuales la Radio Svizzera Italiana, , il Manifesto, Carta, Radio France Internationale, Milenio, cubriendo temas de migración, violación de derechos humanos, y política internacional en México, y como enviado especial durante el golpe de estado en Honduras en 2009 o en el terremoto de Haiti en 2010.
Hoy es colaborador del Fatto Quotidiano, la revista Gatopardo y el periodico Opera
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