Imposibilidad de percibir el éxito propio, sensación de inferioridad o no sentirse suficiente para desempeñar un rol de liderazgo, son algunos de los síntomas del “síndrome del impostor”, condición psicológica que, de acuerdo al estudio The impostor phenomenon, afecta al 70% de las personas.
Las más afectadas por este síndrome son las mujeres, según señala un informe de la Access Commercial Finance en Reino Unido, los hombres tienen un 18% menos de posibilidades de sufrirlo. Esta tendencia está ligada a ciertas creencias culturales y estructurales que han posicionado a las mujeres en trabajos de cuidado y no a otros relacionados con la alta dirección empresarial.
El Banco Mundial apunta que la participación laboral de las mujeres fue tan solo 45% en 2019, comparado con 77% de hombres; es decir, existe una brecha del 32%, lo que sigue reforzando una estructura patriarcal.
La llegada de la pandemia sólo acentuó las desigualdades de género. La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), informó que ante la llegada de la crisis sanitaria, en abril de 2020, se presentó la mayor pérdida de empleo en el país y, el desempleo lo padecieron, en su mayoría, las mujeres, debido a que se encuentran en actividades y sectores considerados como no esenciales. Ese mismo mes se posicionó como el más bajo en la participación económica de mujeres, con una tasa de 34.97%.
“Las empresas, gobierno y sociedad, deben apoyar a cerrar la brecha de género laboral. Mientras tanto, uno de los pasos que está en nuestras manos como mujeres para combatir la realidad actual es combatir el síndrome del impostor, que puede acechar a aquellas mujeres que son capaces, inteligentes, preparadas y, que dan un valor único; por ello es importante impulsar que se atrevan a pedir aumentos, ascensos, fundar empresas y den visibilidad a sus conocimientos”, menciona Tania Pimentel, directora y fundadora de Women Index.
Tan solo en nuestro país, de acuerdo al Inegi, las mujeres aportan el 65.2% del Producto Interno Bruto (PIB) actual, por lo que cerrar la brecha laboral entre mujeres y hombres tendría un beneficio económico para México, equivalente al 70% del PIB, de acuerdo con la empresa consultora McKinsey.
Algunos consejos para combatir el síndrome del impostor son:
1. Reconoce tus puntos fuertes: “en muchas ocasiones, creemos que no somos lo suficientemente capaces para desempeñar algún rol de liderazgo en la empresa donde laboramos; siempre es importante recordarte que el valor que tú brindas, es único e irrepetible; que nadie más va a crear lo que tú puedes crear”, menciona Pimentel.
2. Evita compararte: las comparaciones solo nos hacen darnos cuenta de nuestras debilidades, y aunque podemos convertirlas en fortalezas, puede sin lugar a dudas, llevarnos a desanimarnos y lo que queremos es que, al contrario, te animes a realizar ese proyecto; a pedir ese aumento o ascenso.
3. Reconoce tus éxitos: a lo largo de tu trayectoria has realizado proyectos de los que te sientes orgullosa, ¡Siempre ten presentes tus resultados y destaca estos éxitos!
4. Prepárate: contar con experiencia es bueno, sin embargo, la preparación continua y capacitación harán que estés siempre actualizada y puedas alcanzar tus sueños. “En la actualidad, puedes tomar cursos en línea; en tus horarios y a tu ritmo”, comenta.
5. Toma acción: “es importantísimo implementar lo aprendido; todo el conocimiento que tienes no sirve si no lo pones en práctica. Si quieres empezar a generar resultados diferentes, tienes que hacer las cosas de forma diferente”, recalca la directora y fundadora de Women Index.
Los retos a los que nos enfrentamos como mujeres pueden ser vencidos, en nuestras manos está el prepararnos para los retos que enfrentamos laboralmente para así poder construir nuestro trabajo ideal.
Fuente: Mujer Ejecutiva
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