Los Pingüinos de Madagascar

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Los equipos de súper espías no nacen…se incuban. Descubre los enigmas de los pájaros encubiertos más sobresalientes e hilarantes en el campo del espionaje mundial: Skipper, Kowalski, Rico y Cabo. Esta crema y nata está uniendo fuerzas con una refinada organización secreta, de nombre Ráfaga Polar. Liderados por el atractivo y fornido agente Clasificado (podríamos decirte su nombre verdadero, pero entonces…tú sabes), cuya voz corre a cargo de Benedict Cumberbatch. Juntos, deberán evitar que el malévolo Dr. Octavius Brine, al que John Malkovich le da voz, destruya el mundo como lo conocemos.

A las inesperadas estrellas de las exitosas películas de “Madagascar”, de DreamWorks Animation, les ha llegado el turno para interpretar su propia comedia de aventuras en la pantalla grande, donde los riesgos no podrían ser más elevados para los pingüinos. Sus aventuras mundiales los llevan a la Antártida, Venecia, el desierto, Shanghái, Nueva York y…Kentucky, donde experimentan la gloria, se ven involucrados en una red de espionaje, frustran el infame plan de un científico/pulpo malvado —y devoran tentempiés de queso en el proceso— como ningún otro pingüino lo haya hecho antes.

CÓMO FUE INCUBADO EL EQUIPO

Gracias a sus memorables atributos, no había que pensarle mucho para que los pingüinos hicieran la transición de ser unos queridos personajes secundarios en “Madagascar” a encabezar su propia épica en la pantalla grande. “Lo que hace atractivos a los pingüinos en todas las películas son sus personalidades distintivas y fuertes”, comenta el director Eric Darnell.

El director Simon J. Smith añade: “Son como una banda de hermanos que valoran, por sobre todo, su amistad, su código moral y el amor que se tienen entre ellos”.

Aún más importante, los pingüinos son francamente divertidos. “La cosa más emocionante acerca del proyecto fue experimentar el humor de la historia y los personajes”, comenta el productor Mark Swift. “Llaman mucho la atención porque son hilarantes”.

Está Skipper, cuya voz es de Tom McGrath, quien creó los personajes para el exitazo taquillero animado “Madagascar”, que dirigió junto con Darnell. En un inicio, McGrath había imaginado que la voz de Skipper fuera la de un icono autoritario de Hollywood con un “tipo de actitud de gran trascendencia y seria” —pero cuando eso no funcionó, terminó él mismo dándole voz al papel. “Bueno, como sea, no cobraba mucho”, bromea. 

El Skipper de McGrath es el audaz líder del equipo y custodio del código pingüino. Exige lealtad, obediencia y orden a su disciplinada parvada, y no les pide nada que él no pueda hacer. Su aleta derecha, Kowalski, cuya voz corre a cargo del animador de DreamWorks Chris Miller, es el cerebro de la operación y el tipo con todas las respuestas cuando los pingüinos necesitan una solución rápida que les salve la vida.

El tercer miembro del equipo, Rico, es “interpretado” por Conrad Vernon, artista de DreamWorks Animation y director de Madagascar 3. Rico vive para hacer estallar cosas. Cuando Rico es mantenido a raya resulta ser una arma muy efectiva, pero dejado por sí solo es una bala perdida. Finalmente, está Cabo, cuya voz es del editor de DreamWorks Animation Christopher Knights; si bien es el más chiquito del equipo, Cabo es quien, de todos, tiene el corazón más grande. Cabo siempre está dispuesto a enfrentar nuevos retos, pero debido a que el grupo todavía lo considera un ‘bebé’, con frecuencia es marginado durante sus misiones.

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Cada uno de los pingüinos deja una memorable impresión y, en conjunto, son una fuerza digna de respeto. “La suma de los pingüinos es más grande que las partes”, comenta Darnell. “Como grupo, los tipos trabajan de manera increíble —mucho mejor que si lo hicieran de manera individual. Son como cuatro partes de un cerebro completo: Tienes el liderazgo de Skipper, el corazón de Cabo, la inteligencia de Kowalski y la valentía de Rico. Así que estos cuatro forman parte de un todo, y eso los hace muy divertidos”.

De hecho, los pingüinos siguen en gran medida la tradición de grandes equipos cinematográficos, indica McGrath, como The A-Team, The Dirty Dozen, Kirk y Spock de “Star Trek”, e incluso los hermanos Marx. “Son estas grandes personalidades en un empaque pequeño”, comenta. “Y al igual que estos grandes equipos en pantalla, los pingüinos son llevados fuera de su zona de confort. Se embarcan en una aventura que los lleva por todo el mundo, donde conocen personajes que hacen que los pingüinos suban su nivel de juego”.

Sus vínculos inextricables y ocurrencias inolvidables se exhiben a pleno cuando descubrimos los orígenes de los pingüinos en las primeras secuencias del filme, que se desarrollan en el páramo glacial de la Antártida. Justo desde el principio nos damos cuenta que éstos no son tus típicos pingüinos. Skipper, Kowalski y Rico marchan a un ritmo distinto para evitar a las tropas de pingüinos —como las que se ven en películas documentales—, que andan a través de la tundra gélida y provocan exclamaciones del público, como “¡qué bonitos están!”.

Los primeros momentos del filme se burlan de ese tipo de reportajes, cuando un realizador, cuya voz corre a cargo del legendario director Werner Herzog (quien, de hecho, dirigió un documental acerca de la Antártida titulado Encounters at the End of the World), va tras una fila de pingüinos que hacen lo que supuestamente harían en este tipo de situaciones. Desde luego, nuestro trío de pingüinos (que pronto será cuarteto) no está satisfecho con tan sólo marchar por la nieve. “Se dejan llevar por un llamado más importante”, comenta Chris Miller. “Skipper, Kowalski y Rico no quieren ser como el resto de los pingüinos que esperan y desfilan en línea por toda la Antártida. Saben que debe haber algo más allá afuera”.

En su lugar, nuestros pingüinos están ocupados “chocándola” entre ellos, y, después de una serie emocionante de aventuras durante la cual se tiran un clavado y esquivan y libran una situación de sumo peligro, le dan la bienvenida a un nuevo miembro de la tropa —Cabo, quien acaba de salir de su cascarón. El preludio al nacimiento de Cabo no sólo ofrece unos momentos maravillosamente cómicos llenos de acción y aventura, sino también un interludio conmovedor durante el cual los cuatro pingüinos cimentan vínculos familiares.

La llegada e iniciación de Cabo al equipo representa el comienzo de su aventura épica, así como un viaje divertido y conmovedor para el joven aprendiz, quien anhela, dice Christopher Knights, ser “un miembro valioso y aceptado dentro del grupo. Y para el final del viaje logra su objetivo y mucho más. Pero incluso mientras se esfuerza por convertirse en un inesperado héroe de acción, Cabo sigue siendo tierno y adorable”.

“La secuencia inicial fue una gran oportunidad para explorar los orígenes de los pingüinos y poner de cabeza los clichés de los documentales acerca de pingüinos”, añade Darnell. “Nos preguntamos, ‘¿Qué si tomamos a nuestros pingüinos y los ponemos en ese mundo [parecido al documental]? ¿Cómo se sentirían con respecto a esa clase de estereotipo?’”.

Otro destructor de clichés pasa a ser la obsesión de los chicos por una suculenta, pero peligrosa pieza de cielo inflado conocida como Cheesy Dibbles (quesitos). Para los pingüinos, la querida botana vale más que su peso en oro —literalmente—, como lo evidencia su incursión al Fuerte Knox, la instalación más segura en Norteamérica, para celebrar de una manera muy especial el cumpleaños de Cabo. El objetivo no es robar los billones de dólares en lingotes de la instalación, sino los Cheesy Dibbles (quesitos) que están en una máquina expendedora.

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En la “comida” espolvoreada con químicos hay más que ser una simple delicia gastronómica, da a entender Smith. “Es casi como un MacGuffin”, comenta, haciendo referencia al término que Alfred Hitchcock le daba a un recurso argumental que con frecuencia guiaba de manera errónea al público. “Los Cheesy Dibbles (quesitos) son en realidad muy valiosos para los pingüinos al final. De hecho, la botana tiene una función”.

CONOCE A “DAVE”, EL ANTAGONISTA CON TENTÁCULOS DE LOS PINGÜINOS

Atacar el Fuerte Knox para ir por un delicioso manjar no es nada comparado con los retos que los pingüinos enfrentan cuando tienen que lidiar con el Dr. Octavius Brine. Un reconocido genetista, entusiasta del queso (al menos tiene eso en común con los pingüinos) y donante de campañas para recaudar fondos en la radio pública, las extremidades del buen doctor están torcidas en ángulos imposibles, que no es de extrañar en vista de que es, de hecho, un pulpo llamado Dave. Y Dave les tiene un rencor monumental a los pingüinos. En el pasado, Dave fue una famosa atracción en varios zoológicos del mundo, hasta que los adorables y súper tiernos pingüinos pasaron a ser el centro de atención, y lo relegaron para siempre a ser una mera exhibición. “¡Me lo quitaron todo!” les grita a los pingüinos, por lo que está a punto de tomar medidas extremas para una vez más volver a ser aquella exitosa atracción que alguna vez fue.     

Los realizadores querían que Dave fuera un adversario que no fuera olvidado pronto por las audiencias. “Dave es un villano en la clásica tradición de las películas de James Bond”, comenta el productor Mark Swift. “Tiene un plan muy ambicioso; es un tipo que quiere cambiar el mundo”.

Y pasársela bien en el proceso. “Dave no es uno de esos tipos malos que está todo el tiempo rumiando y es siniestro”, comenta Darnell. “Siempre está celebrando, bailando, riendo y pasándosela bien”.

Para darle a Dave una presencia cómica imponente, se dieron a la tarea de pensar en algo fuera de lo normal al momento de otorgar el papel. “Queríamos a alguien que fuera nuevo en las películas animadas y que pudiera aportarle seriedad en cuanto a la destreza en escena, que le pudiera dar peso, así como diversión al personaje”, comenta Smith. 

Recurrieron al actor nominado al Premio de la Academia John Malkovich, quien ha sobresalido en cine, teatro y televisión. Al hacer su debut en el mundo de películas animadas, Malkovich entendió rápidamente las motivaciones llenas de venganza de Dave. “Dave siente que su vida ha quedado arruinada en todo zoológico y parque acuático al que ha llamado casa, con la llegada de los pingüinos”, indica. “Son lindos, así que la gente estaba maravillada con ellos, situación que provocó que Dave dejara de recibir atención”.

Para Dave, los pingüinos son los auténticos villanos de la historia. “Estos pingüinos arruinaron su vida al haberle robado la atención con tan sólo pararse ahí o caminar de un lado a otro, mientras que Dave sí hacía trucos y acrobacias, sólo para ser ignorado por la gente”, añade el actor. “Así que tiene sentimientos muy fuertes en contra de los pingüinos, pero ni siquiera están conscientes de él, ¡lo que los hace más insoportables para Dave!”.

Malkovich incorporó rápidamente su molusco interno, pero también estaba ansioso por darle a la sed de venganza de Dave algo de subtexto. “Desarrollamos una estrategia con John y se nos ocurrió que esta película sería el tercer acto de la vida de Dave”, comenta Smith. “El plan de Dave es la culminación de diez años de planeación, que conlleva secuestrar a los pingüinos, desarrollar una tecnología transformadora, que cambiara para siempre el vecindario de los pingüinos, y disfrazarse como humano. Todo ese subtexto hizo que el papel fuera mucho más divertido para John”.

La solución de Dave para su problema con los pingüinos es un suero que convierte a las adorables criaturas en cosas grotescas ataviadas en un esmoquin. Es un plan malévolo digno de un súper-villano, pero, como Malkovich explica, la maldad de Dave tiene varias dimensiones. “Es bastante quijotesco y puede cambiar de humor y punto de vista casi de manera instantánea. Así que es escurridizo en todo sentido —emocional y físicamente”.

La actuación física del actor mientras grababa el papel impresionó tanto al equipo de DreamWorks Animation que tomaron partes de ella para crear la actuación animada final. “John y Benedict [Cumberbatch, quien le da voz a Clasificado] no sólo grabaron sus voces para esta película. Actuaban la escena; en ese sentido están muy orientados al teatro”, comenta Darnell.

“Moverse en la cabina mientras hacíamos la voz para el papel fue algo natural porque Dave es muy escurridizo y gelatinoso”, explica Malkovich. “Yo movía mis brazos y casi el resto de mi cuerpo. Me pareció de tremenda ayuda tener esa manifestación física”.

Quizás y la determinación del actor para meterse en el personaje fue provocada gracias a su parecido con su alter ego cinematográfico. “Sí, Dave se parece un poco a mí —pero se parece todavía más a mi hermana menor”, dice entre risas.

A Dave lo ayudan sus secuaces pulpos, que cumplen sus mandatos con movimientos tipo ninja. Sus habilidades innatas, incluyendo el camuflaje, la flexibilidad y un fuerte agarre de presión, los hace una amenaza de múltiples extremidades para nuestros héroes. Sus interacciones con Dave también son una fuente inacabable de retruécanos verbales, para complementar los abundantes chistes físicos del filme. Las instrucciones que Dave le da a su equipo resultan en juegos de palabras hilarantes; uno de muchos ejemplos: “Nicolas, ¡cage [a los pingüinos]!” [‘Cage’, en español, es enjaular]. En una lluvia de ideas a los realizadores se les ocurrieron estos chistes verbales con temas de celebridades, siendo los mejores lo que quedaron en la película final. 

¡NADIE ROMPE EL VIENTO!

Los pingüinos nunca han dudado de su habilidad para lidiar con los planes siniestros de Dave, pero un grupo encubierto de agentes conocido como Ráfaga Polar (su lema: “¡Nadie rompe el viento!”), que ayudan a animales en momentos difíciles, no cree que los chicos sean lo suficientemente capaces. De hecho, los miembros de Ráfaga Polar hacen todo lo posible por quedarse a cargo de la misión para detener a Dave, a pesar del gran disgusto de Skipper y la pandilla.

“En primera instancia parece que no hay nada como Ráfaga Polar y Skipper quizás debería hacerse a un lado”, comenta la productora Jara Breay. “Es como si hubieran llegado ‘los grandes’ para que los chicos se puedan ir a casa ahora. Pero durante el transcurso de la aventura llegamos a apreciar las virtudes y fuerzas de los pingüinos. No son tan llamativos o tienen el mismo entrenamiento, pero tienen algo que es más importante”. 

Ráfaga Polar es liderado por el agente Clasificado. La primera cosa que debes saber acerca de Clasificado es que su nombre está, de hecho, clasificado, y no “Clasificado”. Es un agente secreto sumamente preparado, pero arrogante, que menosprecia la operación de los pingüinos. Clasificado es el macho alfa del equipo  experto en tecnología, y Skipper es el polo opuesto. Si la actitud prudente de Skipper es reminiscente a la de John Wayne (o, como sugiere Tom McGrath, a la de Charlton Heston, cerca de Planet of the Apes, en 1968), entonces la súper cortesía y experiencia en el espionaje de Clasificado haría que el 007 prestara atención.

El haberle dado el papel a Benedict Cumberbatch, un reconocido y solicitado actor gracias a, entre otras actuaciones, su trabajo en el papel del título en la fenomenalmente popular serie “Sherlock”, para BBC/PBS, se dio hace casi tres años, justo antes de que “Sherlock” debutara en los EEUU. Smith explica: “Uno de los miembros de nuestro equipo es australiano, y la serie ya se había transmitido ahí. Nos dijo que revisáramos el trabajo de este tipo llamado Benedict Cumberbatch. Vimos ‘Sherlock’ cuando llegó a los EEUU y supimos entonces que era un talento especial y que sería el perfecto complemento para Skipper. Benedict es muy elocuente y tiene una voz fantástica, que era perfecta para Clasificado”.

“Nos encantó la voz de Benedict; es como un violoncelo”, añade Breay. “Es simplemente hermoso escucharla, pero también tiene un tipo particular de autoridad. Benedict es también maravilloso para hacer que funcionen los chistes. Para un personaje como Clasificado, entre más serio lo interpretes, más efectivas serán las bromas. Y Benedict fue simplemente perfecto”.

El actor británico revela que Clasificado es “un lobo siempre impulsado por la acción, líder de Ráfaga Polar, que siempre está en búsqueda del bienestar animal donde sea haga falta. Se entera del plan de Dave y Clasificado intenta engañar a los pingüinos para que revelen todo lo que saben acerca de su adversario mutuo”.

Cuando los pingüinos buscan tener un papel más prominente al momento de lidiar con los actos ruines de Dave, Clasificado se da a la tarea de bloquearlos y enviarlos de regreso a Madagascar. “Clasificado llevó los pingüinos a Ráfaga Polar para obtener información, pero quiere que su equipo se encargue del trabajo de campo y las operaciones encubiertas”, comenta Cumberbatch.

¡Pero los muchachos no quieren saber nada de eso! Después de una serie de osados escapes, los pingüinos creen haber retomado el camino para localizar a Dave, sólo que se dan cuenta que van en un jet de pasajeros en dirección opuesta. En su típica actitud ‘más vale pedir perdón que pedir permiso’, los pingüinos se avientan sin paracaídas. Afortunadamente, sus habilidades para improvisar en el momento, y al más puro estilo de MacGyver, los lleva a descubrir un paquete que contiene un casa inflable, que inflan en plena caída libre, y hacen un aterrizaje suave y rebotador en tierra firme.

“La escena demuestra la gran diferencia que hay entre los pingüinos, quienes son muy entusiastas y simplemente se dejan llevar, con el equipo de Ráfaga Polar, que está definido por sus artilugios, planeación, información y estrategias”, comenta Smith. Darnell añade: “Los pingüinos tienen una confianza suprema en ellos mismos y sus habilidades, incluso cuando todas las probabilidades están increíblemente en su contra. Ni siquiera parpadean. Son tan sinceros y operan a partir de un código moral tan sólido, que de alguna manera el universo simplemente conspira para hacer que las cosas funcionen a su favor”.

“El equipo de Ráfaga Polar piensa que tiene la mejor mano porque están sumamente preparados, educados, tienen el mejor equipo y nadie nunca los podrá superar”, continúa Darnell. “Los pingüinos son los desvalidos, los que la llevan de perder”.

Pero Clasificado y el resto del equipo de Ráfaga Polar pronto se da cuenta que menospreciar a Skipper y compañía es bajo su propio riesgo. De hecho, los equipos en conflicto son dos lados de la misma moneda. “Todo acerca de Ráfaga Polar es elegante, profesional, planeado y riguroso, y todo acerca de los pingüinos es caótico y machismo fervoroso”, explica Cumberbatch. “Ésa es la razón por la cual los dos equipos se complementan. Para el final de la película en realidad se necesitan el uno al otro, porque resultan ser más poderosos como una fuerza combinada y elite”.

Cumberbatch nunca antes había aparecido en una película con John Malkovich, a quien llama “una leyenda”. Desafortunadamente, darle voz a un personaje animado por lo general significa trabajar de manera separada del resto del talento vocal, así que los dos titanes de la actuación no se conocieron hasta que los juntaron para hacer una aparición promocional en el mega-conclave de la cultura pop Comic Con, en San Diego. “Conocí a John en la convención, y la primera cosa que le pregunté fue algo como, ‘Así que, ¿cómo fue interpretar a un pulpo malvado?’”, recuerda Cumberbatch. Los dos actores procedieron a intercambiar historias acerca de sus experiencias en la tierra de los pingüinos.

Cumberbatch y Malkovich son famosos por su preparación cuidadosa e intrincada, y LOS PINGÜINOS DE MADAGASCAR no fue la excepción. “El trabajo de preparación fue un absoluto infierno”, bromea Cumberbatch. “Durante mucho tiempo, tuve que hacerme pasar por lobo en el parque Yellowstone. Afortunadamente, me aceptaron en la manada de inmediato. Se puso un poco tenso cuando me convertí en el alfa macho”.

Cumberbatch dice que disfrutó no haber tenido inhibición alguna al momento de interpretar e investigar el papel. Además, apreció las habilidades y modos elegantes de Clasificado, así como las vulnerabilidades escondidas, pero importantes, del personaje. “Clasificado debe de aprender a abandonar sus planeaciones intrincadas y llenas de artilugios, y atacar de manera directa el problema, justo como lo hacen los pingüinos. Me gustó la idea de ‘sacar de la manada’ a un espía y hacerlo un poco más humano, aunque sea un lobo. Y, además, nunca antes he hecho eso en pantalla”.    

Clasificado no es el único agente que lo están “sacando de la manada”. En Ráfaga Polar se le unen Short Fuse (Ken Jeong), una foca pequeña que, si bien parece un mono de peluche, es tan duro como cualquier miembro del equipo. El experto en explosivos de Ráfaga Polar, Short Fuse, tiene un temperamento volátil que va acorde a su pericia vocacional. Después, está Eva (Annet Mahendru), una bella e inteligente búho, analista de inteligencia y siempre en búsqueda de emociones, con un instinto asesino. Finalmente, Corporal (Peter Stormare), un oso polar que mide dos metros y medio, blindado con media tonelada de músculo, quien es la fuerza del equipo.

De todos ellos, Short Fuse quizás y sea el más parecido a los pingüinos, dice Jeong. “Al igual que los pingüinos, Short Fuse apela a su astucia y habilidades para salvar el día. Es tierno, pero también aterrador”.

De igual manera, Eva, una búho más que interesada en su trabajo por la protección de animales, mezcla una cualidad adorable con habilidades impresionantes que se requieren para ser analista. A pesar de su naturaleza severa, su corazón tiene un punto débil por Kowalski, quien de igual manera está enamorado de ella. Annet Mahendru,  quien interpreta a una espía rusa en la aclamada serie The Americans, señala que si bien su papel en televisión y Eva comparten el acento ruso y la vocación, no tienen mucho más en común. “Bueno, Eva puede volar, por decir algo”, bromea la actriz. 

El actor sueco Peter Stormare también evita ser encasillado, a pesar de que interpreta una figura con una extracción de afinidad nórdica —Corporal, un oso polar noruego. Aquí, de nueva cuenta, un rudo exterior esconde un corazón suave y juguetón, como lo evidencia su amor por los pingüinos. “Es muy buena onda”, dice Stormare de su alter-ego osuno, “y tiene un corazón grande y generoso, pero con un dejo noruego”.

 

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