A raíz de la discusión y de la votación en el Senado de la República, acerca de esta ley; pero sobre todo de la feroz crítica a las abstenciones de alrededor de 20 representantes populares, comienzo aclarando que, no estoy de acuerdo con dichas abstenciones.
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No siento que un Senador sea elegido o nominado para “salirse por la tangente” y tomar el camino fácil.
Su labor es precisamente la de representar los intereses de una gran cantidad de ciudadanos; y ellos no esperan que la indiferencia sea lo adecuado.
Sin embargo, tampoco le doy valor a los enconados cuestionamientos, ya que –al fin y al cabo-, las abstenciones no dejan de ser un reflejo de una democracia, que se aparta de la tan criticada "cargada".
Precisamente, parte de eso es lo que le da valor a la verdadera DECISIÓN CIUDADANA, de no votar en automático por un color, sino por un candidato que le convence.
Repito que no estoy de acuerdo con quienes se abstuvieron, pero es respetable su postura. ¡Hasta hay priistas que se abstuvieron!
Se tiene que recordar que los diputados y senadores no son producto del voto por el color, como lo fueron los constituyentes. Cuando menos, no deberían serlo.
Los partidos deben ser ya muy cuidadosos para elegir a sus candidatos; para empezar, haciendo a un lado a los que brincan de otro partido.
No entiendo esas alianzas PAN/PRD, donde gobierna el PAN ¡con un representante PRIISTA! Pero bueno, ya se hizo costumbre.
También es vital evitar estar colocando a los candidatos, como piezas de ajedrez, de una representación a otra.
¡Michael Jordan fue un mediocre beisbolista, después de ser el rey del basket! ¡No es cierto?
¿Quien puede garantizar que un excelente Jefe Delegacional (mas bien administrativo y ejecutivo), sea un buen diputado (legislativo), o viceversa.
¡Zapatero a tus zapatos!
Por eso la gente ya no quiere saber nada de los partidos
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