¿Legalizar o no las drogas?

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“Prohibir algo es despertar el deseo”. 

−Michel de Montaigne.

 

La difícil situación actual que viven México, Colombia y varios de nuestros países latinoamericanos debido a la violencia generada por el narcotráfico ha puesto en serias dudas las políticas públicas e internacionales, convenidas con los gobiernos de EUA desde hace poco más de 40 años sobre los estupefacientes. Las políticas del expresidente Richard Nixon en los años 70 no midieron las terribles consecuencias de crear una guerra contra las drogas, una lucha basada en la “prohibición” y la “persecución” de los productores, vendedores y consumidores para acabar supuestamente con la raíz del problema.

 

Hasta la fecha, los únicos resultados obtenidos de esta guerra son homicidios, violencia, mafias, corrupción, capos y cárteles multimillonarios, criminalización de consumidores y su encarcelación, tráfico de armas, etc. Según los datos arrojados por el Informe Mundial (resumen ejecutivo) sobre las Drogas 2015 de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), “en lo que respecta a la producción y el consumo de drogas y las consecuencias que este tiene para la salud, la situación no ha cambiado mucho en términos generales […] Ello suscita la preocupación de los organismos encargados de hacer cumplir la ley en lo que respecta a la magnitud del problema que plantea la existencia de grupos delictivos organizados cada vez más complejos y versátiles”[1], entonces ¿cuál es el punto de la prohibición?, ¿por qué no legalizar las drogas y atender adecuadamente el problema de salud?

 

Este tema tan pertinente y de gran importancia internacional lo analizamos el 7 de noviembre de 2015, a través de un debate sin precedentes en La Ciudad de las Ideas. Se trató del Momento Épico del 2015: La legalización de las drogas, donde participaron el expresidente de la República de Colombia, Sr. César Gaviria; el presidente de Grupo Salinas, Don Ricardo Salinas Pliego; la ex presidenta de la Confederación Suiza, Sra. Ruth Dreifuss; el expresidente de México, Sr. Vicente Fox Quesada; el asesor presidencial de los gobiernos de EUA y cofundador del Proyecto SAM, Kevin A. Sabet; el experto en las políticas de drogas y presidente de BOTEC Análisis, Mark A. Kleiman; el representante de la UNODC en México, Antonio Mazzitelli y la directora general de la organización México ¿Cómo Vamos? y experta en seguridad ciudadana y estado de derecho, Viridiana Ríos.

 

Cabe aclarar que el debate no fue sobre la legalización de la mariguana. Eso es un paso. Trató, en cuatro rondas, la legalización-regulación de todas las drogas para que se acabe la prohibición. Al finalizar la tercera parte, y conforme analizaba los argumentos de los debatientes, les realicé preguntas sobre posibles contradicciones, que son, en palabras del brillante filósofo de Cambridge, Jamie Whyte, “crímenes contra la lógica”. Las tesis más relevantes de los participantes fueron:

 

Vicente Fox. El gobierno no tiene derecho a imponer conductas, mientras no afecte a terceros. Nuestra libertad ejercida con responsabilidad. Un cambio de paradigma que no prohíba, sino que regule, eduque, informe, prevenga… La internacionalidad y relaciones con EUA ponen ciertas restricciones para resolver el problema.

 

Antonio Mazzitelli. Las drogas tienen convenciones internacionales que restringen su uso, la responsabilidad de implementarlas es de cada Estado, no es de la ONU. Hay drogas peligrosas, por eso se limita, por razones de salud. No hay que criminalizar al consumidor. Tenemos que encontrar políticas más eficientes que limiten el consumo, ofrezcan tratamiento y rehabilitación, así como la recuperación en las calles y crear ciudadanos más fuertes.

 

Ricardo Salinas. La prohibición debe terminar porque es injusta: coarta nuestro derecho a decidir, no funciona y es contraproducente en términos de criminalidad, corrupción y violencia. México y Colombia han sido víctimas de la política tremendamente hipócrita de EUA, recibimos todo el oro de los adictos estadounidenses, luego todas las armas y ponemos los muertos. Esta es la causa de violencia de nuestros países.

 

Viridiana Ríos. Hay que desmitificar que la legalización va a traer virtudes y asuntos positivos como la reducción de la violencia, que no haya impacto en las cárceles en México por detención de drogas y finalmente sí se va a incrementar el uso de las drogas. Si pensamos que México es víctima de EUA, le estamos quitando responsabilidades a las autoridades mexicanas; de lo que somos víctimas es de una falta enorme de oportunidades y movilidad social, esa es la razón por la que los jóvenes se involucran en el negocio de las drogas.

 

César Gaviria. El problema de las drogas ha sido un estruendoso fracaso. México ha puesto más de 80 000 muertos; y Colombia, 100 000. Para las drogas no hay políticas buenas, hay políticas menos malas. La legalización de las drogas no es una panacea, estamos pidiendo regulación. Lo que prohibimos se convirtió en mercados ilegales, mafias monstruosas y una violencia desaforada. México ha sido demasiado cauto de no responsabilizar a EUA por los daños que producen las drogas. Nosotros ponemos los muertos y ellos ponen los principios.

 

Kevin Sabet. No he encontrado una sociedad que haya regulado las drogas más tóxicas y que esto haya favorecido la salud pública. La respuesta no es legalizar las drogas y dárselas a un niño para que se fría el cerebro. ¿Cómo ayudaría eso a los países en desarrollo? ¿Cómo se podría tener una sociedad próspera y competitiva con jóvenes drogados con metanfetaminas y cocaína? Esto se trata de dinero, de gente que está invirtiendo en los negocios de las drogas.

 

Ruth Dreifuss. No es cierto que solo se han dedicado a proteger a los más débiles. Actualmente, las víctimas de la prohibición son los más pobres, quienes no tienen la posibilidad de escapar del castigo de las reglas actuales. El alcohol es dañino, pero hay también consumo recreativo que no produce daños. Por qué no una droga que pueda consumirse de modo razonable. La guerra de las drogas se acabó con la victoria de las drogas, la única posibilidad es la de regular y tomar control.

 

Mark Kleiman. Estoy en contra de la legalización absurda de las drogas, es decir, la comercialización. Para legalizar una droga, necesitamos saber bajo qué condiciones y qué reglas se aplicarán. Debemos buscar políticas que minimicen el daño total que no se puede resumir en la frase “fin a la prohibición” y reformar las leyes de tal manera que su cumplimiento reduzca el consumo significativamente. La aplicación de la ley debe estar diseñada para la seguridad pública y no para lograr un mundo sin drogas.

 

Y después de estas ideas, ¿qué piensan los lectores?, ¿han cambiado su opinión al respecto con la legalización de las drogas? Los debates sólo refuerzan los prejuicios que ya teníamos anteriormente. Para disfrutar y repensar el debate completo los invito a que lo vean en el canal de YouTube de La Ciudad de las Ideas: http://cdi.la/2028m

Au revoir!

Andrés Roemer

 

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