No había que soñar. Y los israelíes no sueñan. Cuando el sorteo de la Copa Mundial de la FIFA Rusia 2018™ los situó en el mismo grupo que España e Italia, ya sabían que la clasificación directa para la segunda cita mundialista de su historia iba a ser una ilusión, más que un objetivo.
Por eso, en lugar de creer en milagros, la Nivheret ha optado por aceptar la realidad y tratar de ver qué se oculta justo detrás de ella. Por supuesto, Israel no renunciaba a la idea de revolucionar la jerarquía de la liguilla, pero después de perder en casa en su estreno contra la Squadra Azzurra, el horizonte se oscureció. Y su seleccionador, Elisha Levy, sin querer dar por perdida el resto de la campaña, se propuso utilizar estas eliminatorias para preparar sus próximos compromisos, la UEFA EURO 2020 y el Mundial de 2022.
Y el efecto inmediato han sido tres triunfos consecutivos en sus tres encuentros siguientes, ante ARY de Macedonia (1-2), contra Liechtenstein (2-1) y en Albania (0-3). Tres victorias que han servido para que Israel ascienda 25 puestos en la Clasificación Mundial FIFA/Coca-Cola de noviembre, protagonizando así la mejor progresión del mes en términos de puntos de las 209 federaciones miembro contempladas. Aunque la victoria de Albania no contó en el registro de noviembre, refleja la capacidad de los israelíes para aprovechar las circunstancias cuando les son favorables.
Los albaneses, participantes en la última Eurocopa, celebrada en Francia, y mejor situados en el escalafón mundial que su oponente, se vieron rápidamente con un hombre menos, y después se quedarían con nueve en su intento por frenar a un equipo israelí que no desaprovechó la ocasión y se llevó los tres puntos gracias a los tantos de Eran Zahavi (18’), Dan Einbinder (66’) y Eliran Atar (84’). “Creímos en nosotros y enseguida vimos que éramos mejores que los albaneses, que no dejan de ser un buen equipo”, considera Zahavi.
Para el capitán, el motivo principal de esta buena racha está en el baquillo. “Elisha Levy ha hecho un trabajo excelente”, opina. El técnico devuelve los elogios. “Todo el mérito es de los jugadores. Mostramos carácter y aprovechamos las situaciones que se nos presentaron”, analiza.
Un último sueño
Y eso fue precisamente lo que ha impedido tantas veces a Israel clasificarse para un segundo Mundial, después del de México 1970, o para la primera UEFA EURO de su historia, incluso cuando el sorteo le deparó grupos a priori abiertos. Los últimos ejemplos se remontan a la fase previa del torneo continental de 2012, donde los blanquiazules fueron incapaces de imponerse en una liguilla cuyos equipos más prestigiosos eran Grecia o Croacia, y de Francia 2016, donde dejaron escapar a Bélgica y a Gales, al sumar únicamente cuatro de los 21 puntos posibles en sus siete últimos partidos.
Además de tener que ver el torneo por televisión, la consecuencia fue una caída hasta el puesto 98º de la Clasificación Mundial FIFA/Coca-Cola en septiembre de 2016, el peor de su historia, y la marcha de Eli Guttman tras cuatro años al frente del combinado nacional. Para reemplazarlo, los dirigentes de la Federación optaron por Levy, de 59 años, quien nunca había entrenado a una selección, pero que compitió durante 15 años en la liga en su época de jugador y pasó otros 25 en los banquillos, por lo que conoce el fútbol israelí mejor que nadie.
“Levy es el mejor para este trabajo. Es un entrenador experimentado, con grandes dotes y fortaleza anímica”, explicó Ofer Eini, Presidente de la Federación, cuando se produjo su nombramiento. Levy lo ha confirmado formando un equipo atractivo, que combina jugadores de la liga nacional y del extranjero, con jóvenes talentos como Kenny Saief, David Keltjens o Eli Dasa y hombres experimentados como Zahavi, Ben Sahar o Tomer Hemed. El cuadro israelí ha conseguido plantar cara a Italia, a pesar de la derrota (1-3), y encadenar tres victorias rumbo a Rusia. En cuanto a su carácter, lo demostró enviando a casa a uno de sus mejores jugadores, el centrocampista del Celtic de Glasgow Nir Bitton, justo antes del partido decisivo en Albania, tras una disputa en un entrenamiento.
Levy confía en que sus pupilos hayan captado el mensaje, porque en el próximo partido Israel visita a España. Es un obstáculo de envergadura, pero con la reciente progresión en la Clasificación Mundial y ese afán de aprovechar las oportunidades, los israelíes pueden por fin volver a soñar…
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