La Ciudad de México será testigo del nacimiento de un evento dancístico sin precedentes. Un proyecto que no sólo será pionero en su tipo en la capital de nuestro país, sino que será el primero de carácter internacional que le está apostando exclusivamente a espectáculos creados a partir de una investigación profunda sobre el movimiento y la biomecánica corporal.
Se trata del Primer Festival Internacional de Danza Contemporánea de la Ciudad de México, que se llevará a cabo del 29 de julio al 14 de agosto en diferentes recintos de la capital mexicana, con la participación de alrededor de 20 compañías procedentes de Japón, Siria, Estados Unidos, Italia, Venezuela, Israel, Taiwán, Escocia, España, Austria y la República Mexicana.
Y justamente en este proyecto único en su género por el contenido de los espectáculos que integrará, Israel y el grupo de Danza de Rachel Erdos con el fabulosos espectáculo "Black Dog"
La compañía, en esta ocasión integrada por Rachel, Ory y Snir nos platicaron en entrevista especial para www.Diariojudio.com sobre lo que implica representar a Israel alrededor del munod y la gran responsabilidad de inaugurar no solo un festival, sino el priemr de este genero en México, algo muu importante porque es como la primera probadita de un bocado, que cuando es bueno nos los comemos todo, pero si fuera malo dejamos el plato, y quedara siempre en la memoria de todos
Por eso sabemos que esta iniciativa impulsada y encabezada por Rising Art A.C. bajo la dirección de los bailarines y coreógrafos Rodrigo González y Raúl Tamez. que son dos destacadas figuras de la danza nacional que han logrado sobresalir dentro del gremio por su talento, profesionalismo y entrega a la danza, supieron hacer la mejor elección para dejar la mejor primera impresión de este Festival
Ory, Llegada de Canada a Israel hace mas de 10 años, Rachel de Inglaterra pero que creció en Israel y Snir nacido en Israel nos hablan de su vida en ese país, de cómo, al verlos bailar, la gente entiende que en Israel los jóvenes son jóvenes como los de todo el mundo, que bailan, cantan, hacen fiestas, se divierten se enamoran, viajan y no solo soldados
El grupo, en su danza no busca en especial un tema romántico como podría suponerse, mas bien un cúmulo de emociones diferentes para cada espectador, una muestra diferente e innovadora de la danza que refleja en mucho el carácter del Israelí siempre directo y que dice y hace lo que piensa, asi es Black Dog una coreografía que junto con otras de la compañía ya ha conquistado diferentes escenarios en países de Europa,Asia , Africa y Ahora en mexico para llegar a toda America.
Al respecto los integrantes de la compañía nos relatan sus experiencias al presentarse en estos lugares, al trabajar en conjunto con coreógrafos o bailarines de cada lugar y al ver la cara de estas personas cuando descubren que vienen de Israel y mas sorprendente cuando se dan cuenta de como han cambiado para bien la perspectiva que la gente tiene de Israel.
Black Dog se presentará en el gran foro que es el Teatro de la Ciudad, el Teatro Esperanza Iris, y con esto quedará inaugurado el primer festival y claro será el comienzo para todos los próximos a venir
El festival cuenta con el apoyo de la Secretaría de Cultura del gobierno federal, a través del Instituto Nacional de Bellas Artes en el Centro Cultural del Bosque; la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de México, por medio del Sistema de Teatros (Teatro de la Ciudad Esperanza Iris); la Universidad Nacional Autónoma de México, a través de la Dirección de Danza y la Sala Julián Carrillo de Radio UNAM; Un Teatro Alternativa Escénica y el foro chilango La Cantera.
El primer Festival Internacional de Danza Contemporánea, FIDCDMX, surge como un proyecto que busca enmarcar la danza contemporánea nacional e internacional, con el objetivo de fomentar el contacto con una diversidad de propuestas dancísticas de calidad.
No existe en la ciudad un festival de esta índole: que no solo le dé la oportunidad de exposición a compañías nacionales, sino que en un mismo evento coexistan piezas de otros países y contextos.
Por otro lado, el festival busca la programación de compañías y coreógrafos de apuestas artísticas innovadoras, de contenidos sólidos y con un compromiso con el trabajo riguroso del cuerpo.
El festival busca la inclusión de artistas jóvenes y de artistas experimentados, así como de compañías de pequeño y gran formato, siendo prioridad para su curaduría, la solidez de las piezas más allá de la trayectoria de los creadores.
Es importante seguir fomentando la creación de públicos para la danza contemporánea en el país y en nuestra ciudad. El FIDCDMX tiene pertinencia como un detonador del acercamiento de los visitantes y habitantes de la Ciudad de México, en el marco de una megalópolis ávida de eventos culturales públicos.
ABout Rachel Edros
Erdos grew up in Newcastle – Billy Eliot country – where she began her ballet studies as a child, but soon fell in love with modern dance and the process of creating her own dances. “Expressing myself through movement, this was something that really interested me. I had enjoyed performing but it was the creative aspect from a really young age that took my fancy,” she said.
While Israel’s, particularly Tel Aviv’s, dance scene has become a hotbed of creativity, Erdos didn’t move to the Jewish state for its dance. In Newcastle, she was the only Jewish girl in school. She moved, she said, because, “Growing up I always felt slightly different from everyone else.” After earning a degree in dance from the acclaimed Laban Centre in England, Erdos settled in Tel Aviv where, even with her rudimentary Hebrew, she was hired almost immediately to teach in a high school dance program.
There is something unique about the choreography coming out of Israel, said Company E founder and director Paul Gordon Emerson, who also choreographs. “We joke about it being ‘something in the water,’ because the uniformly high level of work is astonishing.”
He counts Erdos among the dozens of world-class dance makers who are Israeli and make their home there or, frequently these days, abroad, for ever greater opportunities.
Although Erdos insists that her pieces have no political agenda, “when you live [in Israel] it definitely changes you,” she said. “When I arrived, I was much more self-conscious, less confident. Something about Israelis having confidence made me realize that I would like to be like them, or else I would not survive.”
Now even her work has changed to become, she allows, more “Israeli,” whatever that means in contemporary dance terms. “My work in a way is Israeli,” Erdos said, “but there’s another side because I come from somewhere else. People are attracted to Israeli-made work because [Israeli choreographers] know what they want to say and have the guts to say it. Now, whether that is connected to the political situation, some people say yes, others, no. But, because people feel they live in the moment, because life in Israel could be dangerous, you say what you want and do what you want now.”
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