Filme de una mexicana/judía, que Representó a Nueva Zelanda en los Óscares
- El filme de Dana Rotberg, aspirante por Nueva Zelanda al premio Óscar el año pasado, forma parte de la edición 58 de la Muestra Internacional de Cine
- Basado en una historia del novelista maorí Witi Ihimaera, es un drama de época acerca de tres mujeres unidas por un escandaloso secreto
Poco o casi nada se ha dicho acerca de esta película, cuando para muchos, “pasó de noche”, que al disfrutar de la Entrega de los Óscares del año pasado, no se hiciera una fuerte mención acerca de la realizadora del filme neozelandés, que representaba a ese país, dentro de la Categoría de MEJOR PELÍCULA EXTRANJERA.
La guionista y directora, DANA ROTBERG, es una cineasta mexicana, asentada en la región polinesia, pero con formación y trayectoria en nuestro país.
Pero bueno, ya pasando a la película que se presenta en la actual edición de LA MUESTRA INTERNACIONAL DE CINE, llama mucho la atención MENTIRAS BLANCAS, una película fuerte y bien narrada.
Uno de los más grandes sufrimientos que puede existir, es ser víctima de un secreto…que a veces es parte de una terrible mentira.
Además, tratar de hacer cómplices de ese secreto a los demás (incluyendo una hija), representa una tremenda y tajante imposición, que perturba lo más interno del ser.
Es importante anteponer que, sin importar su ubicación geográfica o temporal, todo proceso de colonización deja heridas imborrables en la sociedad.
A pesar de las distancias y las diferencias, los pueblos que vieron su cultura invadida o transformada en una colonización pueden comunicarse unos con otros.
Estas premisas fueron la base del interés que surgió en la directora y guionista mexicana Dana Rotberg por llevar al cine una historia sobre la batalla de voluntades entre tres mujeres de principios del siglo pasado, todas heridas por los estragos del colonialismo; basada en una historia del escritor maorí Witi Ihimaera, Mentiras Blancas (White lies / Tuakiri Huna, 2013) llega como parte de la 58 Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional.
Ubicada a inicios del siglo XX en un pequeño pueblo de Nueva Zelanda, la historia gira en torno a la inusual relación de tres mujeres con muy poco en común. Paraiti (Whirimako Black) es una sabia curandera y partera maorí que, a pesar de las leyes que se lo prohíben, atiende a muchas mujeres, incluso a las pakeha (blancas).
Un día, es abordada por un ama de llaves, otra mujer maorí, Maraea (Rachel House), para que atienda urgentemente a su empleadora, Rebecca (Antonia Prebble), la consentida esposa de un adinerado hombre de negocios. Paraiti debe decidir si ayuda o no a Rebecca a terminar un embarazo que fue resultado de su infidelidad.
Rotberg arma en MENTIRAS BLANCAS, un cuadro de contraste entre la comunidad rural maorí, cuya cultura acoge y celebra lo femenino, y la rígida y patriarcal sociedad de los colonizadores blancos de la época en Nueva Zelanda.
Las tensas relaciones emocionales que construyen las tres mujeres protagonistas forman un testimonio y reflexión acerca del racismo, las clases sociales, el colonialismo y la identidad.
El guión, adaptación de la novela original Medicine Woman (2013) del escritor neozelandés de origen maorí Witi Ihimaera, fue escrito por Rotberg cuando ella ya se había establecido en Nueva Zelanda, atraída por una película adaptada de otra novela de Ihimaera, Whale Rider (2002).
En entrevista con el diario The New York Times, la realizadora comentó: "Sentí una inmediata conexión (con el texto), porque reconocí mucho del territorio mexicano en él.
Era un libro lleno de referencias a medicina tradicional, una realidad con la que todos los mexicanos vivimos, y que por otro lado aborda un conflicto de identidad, algo con lo que los mexicanos nos enfrentamos constantemente."
Dentro del proceso de investigación para su filme, la cineasta llegó a la tierra de los Tuhoe, una remota población maorí habitada por un pueblo que nunca firmó el tratado de soberanía a la reina de Inglaterra.
La gente que aún se mantiene muy celosa de sus tierras sagradas y de su cultura y tradiciones, fue la asesora principal de Rotberg.
Una vez terminada la película, la primer proyección se realizó para los Tuhoe que habían trabajado en el filme, como extras o asesores, en la ciudad más cercana a su población. "Al final de la proyección, un tohunga, el hombre más sagrado, se levantó y habló de la película, diciendo que era la primera vez que veían su propia historia en la pantalla.
Y entonces empezó a cantar una bendición maorí, y todo el mundo en el teatro se puso de pie y cantaron con él.
Ese fue el momento en el que sentí que podía dormir en paz. Eso era una especie de aval moral y ético de la película", declaró Rotberg para el mismo medio.
Hablada en inglés y principalmente en maorí, la lengua de los habitantes polinesios originarios del país, la película es el primer largometraje realizado por la directora mexicana en su país adoptivo, Nueva Zelanda.
Ha roto récords de taquilla en las principales ciudades de aquel país.
Seguido de este éxito, el filme ha sido seleccionado en diversos festivales de cine, comenzando por el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), dentro de la sección Cine Mundial Contemporáneo.
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