A lo largo de la historia hay personajes famosos que son digno de estudio por todo lo que han conseguido a nivel profesional a lo largo de su vida. Llegar a liderar la nación más poderosa del planeta, los EEUU, es algo a lo que muy pocos pueden aspirar y casi ninguna persona tiene la oportunidad de llevar a cabo.
Donald Trump contra todo pronóstico lo consiguió hace cuatro años, pese a lo controvertido de su discurso, consiguió el apoyo de una mayoría de sus compatriotas, derribando una barrera que parecía infranqueable.
Antes de que llegara esa sobre exposición mediática, el polifacético político tiene una trayectoria empresarial digna de estudio. El natural de Nueva York se convirtió en la década de los 80-90 en un auténtico magnate del juego, llevando su apellido a los principales complejos de juego de todo el país.
Al echar la vista atrás, la historia empresarial de Donald Trump comenzó en el sector inmobiliario de la mano de su padre a principios de los 80. Desde ese momento, Trump focalizó su modelo de negocio en torno al sector del juego, siendo un pionero en la fundación de casinos faraónicos, especialmente focalizados en Atlantic City.
Fue en 1984, cuando el imperio del político republicano tuvo su máximos esplendor. La inauguración del Trump Plaza, fue el inicio del triángulo más afamado, complementando este primer vértice con el Trump's Castle Casino Resort y el Trump Taj Mahal a inicios de los 90. En ese momento, y después visto con retrospectiva, nos encontramos ante el mayor complejo de juego del planeta. Esa fue la época más gloriosa empresarialmente hablando, para un Donald Trump que se convirtió en una auténtica referencia entre los magnates del juego a nivel mundial.
Por todos es conocidos que la economía es una ciencia en la que las fluctuaciones son habituales cada cierto periodo de tiempo. Los periodos de bonanza económica son seguidos por crisis. Esto es lo que ocurrió en los primeros años de los 90 del siglo pasado, haciendo que Trump acumulara deudas en torno a los 5000 millones de dólares.
Para obtener liquidez y salir de esta situación tan complicada, el magnate tuvo que vender algunas de sus propiedades destinadas al juego, y, aun así, la deuda contraída por el ya ex presidente de los Estados Unidos se estimaba en aquel tiempo los 1700 millones de dólares.
Desde esos inicios hasta los ya conocidos políticamente hablando, Donald Trump presenta luces y sombras, pero sin duda no deja indiferente ni a propio ni a extraños.
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