Cuenta lo que posees
No enumeres jamás
en tu imaginación
lo que te hace falta.
Cuenta, por el contrario,
todo lo que posees;
detállalo, si es preciso, hasta la nimiedad
y verás que, en suma,
la vida ha sido espléndida contigo.
Las cosas bellas se adueñan
tan suavemente de nosotros,
y nosotros con tal blandura
entramos en el paraíso
que casi no advertimos su presencia
De allí que nunca les hagamos
la justicia que se merecen.
La mejor espina, en cambio,
como una araña, nos sacude la atención
con un dolor nos deja
la firma de este dolor en la cicatriz.
De allí que seamos tan parciales
al contar las espinas.
Pero la vida es liberal en su sumo grado;
haz inventario estricto de tus dones
y te convencerás.
Imaginemos, que por ejemplo,
que un hombre joven, inteligente,
simpático a todos,
tuviese una enfermedad crónica.
No debería decir:
"Tengo este mal o aquel,
me duele siempre esto o aquello,
no puedo gustar de este manjar o aquel..."
Debería decir: "Soy joven,
mi cerebro es lúcido, me aman;
poseo esto, aquello, lo de más allá:
gozo con tales y cuales espectáculos,
tengo una comprensión honda y deliciosa
de la naturaleza...etc."
Vería entonces el enfermo aquél
que lo que le daña se diluiría
como una gota de tinta en el mar.
Fragmento sacado de El Libro de Oro por Benjamín Sutton.
Dejar una Respuesta