Después de tanto esperar un milagro, de ver hacia un futuro incierto y no saber cuándo podría cumplir uno de mis más grandes sueños, sucedió algo inesperado y así empezó el poderme Irme a vivir a Israel, como se dice: el hacer Aliya.
Tuve la gran oportunidad de viajar en un vuelo histórico, un viaje único, ya sea porque una aerolínea mexicana aterriza por primera vez en Israel, o porque por Hanoar Hatzioni, mi tnua, a la que llevó en mi corazón, la sojnut y con esfuerzo de muchos, pude llegar a Eretz Israel, la tierra de leche y miel.
Les voy a contar, todo empezó hace unos meses, donde por culpa del covid-19, ya con un pie en el avión, mi gran ilusión, todo este gran sueño se vía difícil.
Me cancelaron mi vuelo, me dijeron que hasta que esto no acabe, no iba a poder viajar, pero no me di por vencido, salí adelante, continúe con mi propósito y en espera de alguna respuesta.
Cada día mandaba cartas a la Sojnut, a los encargados de aerolíneas e incluso a diferentes ministerios de Israel, para de alguna manera, poder ver, como es que iba a llegar a este hermoso país.
Gracias a D-os, hace apenas unas 2 o 3 semanas, una llamada de la Sojut, me decía que había una oportunidad, nos dijeron que se habían hecho grandes esfuerzos, una iniciativa de Hanoar Hatzioni mundial y la agencia judía era una solución y que pronto estaremos en camino a Israel.
Todo mundo decía que una compañía israelí vendrá y nos llevará, pero no, está vez fue diferente, una compañía mexicana, Aeroméxico,se mostró dispuesta a viajar por primera vez a un país, donde nunca había volado.
De pronto mi corazón latía más aceleradamente, había que arreglar la llegada a Israel, sacar nuevamente visa, terminar tramites inconclusos en México, hacer todo para despedirme de amigos, familiares, rabanim y muchos otras personas y seres queridos.
Pasarón un día, 2 días, aun no lo creía, recibimos un mail de la Sojnut, nos confirmaban que estábamos aceptados para esta aventura, luego otro que nos decía que pasaría al llegar y que pronto llegarían los boletos, por fin un día antes de la partida llegó el boleto, ese papelito, ahora electrónico, que de alguna manera me decía: “TE VAS A CASA”
El vuelo empezó desde la Ciudad de México, donde obvio con todas las medidas de seguridad, nos recibieron calurosamente gente de las tnuot y nos dieron un bonito detalle, el KIT Habaita, que importa que tenía esa bolsita, lo que era realmente valiosos es los que representaba para cada uno de nosotros y en especial para mi
Después el Check INN, las maletas, si había o no sobre peso, la gran organización de Zontravel, claro las fotos, saludar a los de la Sojnut, agradecerles toda su labor, Ari, Dany, Shmuel de la embajada, Mato y Daiana, saludar a los que iban de Agshara, ver caras conocidas que también se van de Aliya.
Comprar el ultimo recuerdo, Saludar a Rab Elisha, que vino en especial a despedirse, hablar con mi bobe que tanto quiero y que tanto voy a extrañar. No lo podía yo creer, estaba a nada de subirme al avión, había que despedirse de la familia, emociones encontradas, triste, nos será lo mismo, abrazó a mi mamá, extrañare su kipe, los pasteles y toda su comida y cariño, a mi papa con el que veré los triunfos del Ame yo en Israel el en México, me despido de mi hermano, con el que más que hermanda, tengo una gran amistad, compartimos mucho, cuarto, discusiones, experiencias y a unos maravillosos amigos y claro a mi compañera, amiga confidente, a mi hermana, que pronto también veré por acá en su agshara.
Pase migración, daba pasos, como aun no entendiendo que pasaba, subimos al avión, el vuelo era pesado, pero no imposible, México-Madrid-Madrid-Tel Aviv.
La verdad es que lo disfrute mucho, ya que no iba solo, conmigo viajaban más de 200 personas que querían cumplir sus sueños regresar a su país, vivir una nueva experiencia o empezar una nueva vida en esta maravillosa tierra.
Todo esto suena de maravilla la verdad, no tengo de que quejarme, algo curioso, puros paisanos (judíos y la mayoría mexicanos) viajando por cumplir sus metas en un mismo vuelo, ¡Esta de locos!
Les quiero decir que este vuelo que la Sojnut, Hanoar Hanoar hatzioni, Keren hayesod, Masa y Aeroméxico hicieron, fue muy agradable, bien planeado, ya que no solo Implica el vuelo, sino la logística de la la comida y poder lograr que más de 200 personas puedan tener más que un viaje una experiencia única.
Que esperas comida de avión, a veces no tan buena, pues esta vez fue diferente, porque incluso la comida kosher que nos dieron, un platillo con pollo y arroz y un desayuno de huevo con espinaca estuvieron deliciosos.
Bueno y como despedida y para que vean que llevamos a México muy dentro de nuestro corazón, no podía faltar, un probadita de Tequila
El vuelo fue vía España, donde bajamos un breve momento, solo para que limpiaran y sanitasen el avión y ahí poder continuar con esta excelente travesía.
Volvimos a subir, empezó el último tramo, de pronto abajo, Tel Aviv, se veía ya muy cerca, empezamos el descenso, la emoción se podía sentir en cada segundo que pasaba, todos queríamos gritar de alegría.
Bajamos, abrieron las puertas y afuera, fue espectacular, un gran recibimiento, en plena pista del aeropuerto Ben Gurión, recién bajando del avión, música en hebreo, canciones de bienvenida, sombreros, banderitas, amigos, conocidos, Juan Taifeld, dirigentes de Sojnut y del ministerio de absorción, prensa y muchos que quien sabe quién eran, pero ahí estaban, todos nos abrazaban de lejos, nos felicitaban, nos decían Shalom, Brujim Habaim, Bienvenidos A CASA “HABAITA”.
Después una breve explicación, saludos de Olei México, un grupo de voluntarios, que se ponía a nuestras órdenes para cualquier necesidad
Y el momento de recibir mi teudat de Aliya, recordé hace tiempo que queme mi aniva un Mifkad de Hanoar HAtzioni, hoy llego a Israel, algo único, especial, justamente con un vuelo de la Noar.
No lo podía creer, es un sueño, pero un sueño que se ha hecho realidad
Sólo me queda más que agradecer a Ari Messer, Daiana, Dani Liwerant, a la Sojnut, el Keren Hayesod, Aeromexico, a mi Hanoar Hatzioni, a Rab Davidsohn, a Elisha, a mi familia, amigos, a todos los que me han apoyado y todo el personal de Israel, ya que este vuelo fue histórico, el primero de este estilo y seguramente irrepetible.
Estoy muy orgulloso de poder haber sido parte de este logro de regresar Habaita.
Una vez más gracias y espero que más gente pueda cumplir, igual que yo, sus sueños y llegar a Eretz Israel.
Los espero a todos aquí, seguiré en mi cuarentena, 14 días encerrado en un hotel de primera, pero con la satisfacción y el gusto de que estoy en Israel.
y esperan esperen noticias, ya que esto es solo un comienzo de mis metas y de muchos logros más.
Jazak Veematz
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