La actriz Natalie Portman siempre ha admirado la manera en la que su compañera de profesión Cate Blanchett compagina su carrera en el cine con el cuidado de los tres hijos que tiene con su marido Andrew Upton -Dashiell (13), Roman (10), Ignatius (7) y la pequeña Edith-, por lo que fue a ella a quien acudió en busca de consejo cuando se convirtió en madre de Aleph (4) junto al bailarín Benjamin Millepied.
"Al principio le pedí consejo a Cate sobre la maternidad. Le pregunté: '¿Cómo lo haces? Eres madre y eres la mejor en todo lo que haces'. Y me respondió: 'Simplemente lo haces. Estresarte pensando en ello no te ayudará'", revela Natalie en una entrevista a la edición estadounidense de la revista Harper's Bazaar.
Aunque a la intérprete le preocupa enormemente encontrar el equilibrio entre su vida familiar y profesional, está harta de que le interroguen por ese tema en casi todas las entrevistas porque no ve que le hagan esas mismas preguntas a sus compañeros actores que también tienen hijos.
"La mayoría de los hombres que conozco tienen que lidiar con ese mismo problema. Dicen que tienen la impresión de que si trabajan demasiado no pasarán suficiente tiempo con sus familias. Quizás también deberíamos hacerle esa pregunta a los hombres, quizás haya que plantearles mejores preguntas", apunta.
En la actualidad, Natalie se siente muy feliz viviendo junto a su marido y su hijo en París -donde Benjamin trabaja como director del ballet de la Ópera de la ciudad-, aunque reconoce que hay ciertos aspectos de la cultura estadounidense que no puede evitar echar de menos.
"Es algo mágico, pero son dos culturas totalmente diferentes en más aspectos de los que te puedas imaginar. Y hay un montón de cosas que no sabes que echarás de menos hasta que estás lejos, como por ejemplo los gimnasios donde los niños pueden correr y saltar. En París no tienen. Allí, si te ven corriendo detrás de tu niño en el parque o jugando con él, piensan que estás loca".
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