- Presentan el libro De animales a dioses. Breve historia de la humanidad, de Yuval Noah Harari
- Traducido a 30 idiomas; fue comentado por el autor, acompañado por Antonio Lazcano y Javier Garciadiego
En una velada de reflexión donde el controvertido autor Yuval Noah Harari afirmó que de las seis especies de humanos que habitaban la tierra hace 100 millones de años la nuestra es la única que sobrevive, que la economía y las grandes corporaciones se basan en meras ilusiones y que incluso las guerras se inician por el choque de creencias que surgen de sistemas arbitrarios, fue presentado su libro De animales a dioses. Breve historia de la humanidad.
Traducido a 30 idiomas, el volumen fue comentado la noche del martes 27 en el Club de Industriales, por los investigadores Antonio Lazcano de El Colegio Nacional y Javier Garciadiego, de El Colegio de México, contando además con la presencia de Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Conaculta.
En su intervención, Yuval Noah Harari dio un recorrido por la historia evolutiva de la humanidad y se preguntó la razón del éxito de los seres humanos contra otras especies, tanto de su mismo tronco como otras de características muy diferentes.
Mencionó que actualmente existen 7 billones de homo sapiens en el planeta contra tan sólo 80 mil jirafas, 200 mil lobos, 50 millones de pingüinos, 250 mil chimpancés, entre otras, lo cual invita a reflexionar sobre el gran peso que tienen los humanos en el mundo.
“Y de hecho pesamos mucho, si juntáramos a todos los seres humanos de todos los países, de todo el planeta, estaríamos pesando 300 millones de toneladas contra 100 millones de toneladas de los elefantes o 70 millones de toneladas de los animales domesticados”.
El autor relacionó el éxito del ser humano con lo que llamó cooperación flexible, pues aunque dijo, estamos embarazosamente cercanos genéticamente con el chimpancé e incluso hay especies de insectos con complejos sistemas de sociedades, es la flexibilidad para adoptar cambios lo que hace distinta a nuestra especie.
“La cooperación flexible ha sido nuestro gran secreto. Si pensamos e las abejas, ellas tienen en realidad un sistema demasiado rígido. No vemos que en sus panales haya un levantamiento o un golpe de Estado para derrocar a la reina y proponer un sistema comunista de abejas o de otra ideología”.
No obstante, aún con esta herramienta de cooperación, Yuval Harari dijo que los humanos nos caracterizamos por crear historias, leyendas y códigos morales y creer en ellos, y es precisamente en esta línea donde pueden surgir religiones, grandes corporaciones, gobiernos, países e incluso conflictos y guerras, todo ello basado en lo que denominó “ficciones”
“Esas historias llegan a tal punto que han sentado también las bases de nuestra estructura económica, en resumen, somos la única especie sobre el planeta que podemos tomar un pedazo de papel, llamado billete o dinero, y adquirir productos reales con ellos, cambiamos un pedazo de papel por un kilo de plátanos. Nuestra herramienta es la cooperación flexible, pero la gran pregunta sería ¿hacia donde queremos ir?”, se preguntó Yuval Harari.
Antonio Lazcano dijo que en un intento por comprender nuestra bases evolutivas Yuval Harari ha recorrido diversas disciplinas como la historia, la economía, la lingüística, así como la sicología, la conducta animal, la neurobiología y la psicología evolutiva.
“En este tour de forcé radica gran parte del atractivo del libro y su esfuerzo refleja una actitud desprejuiciada sobre las fronteras a menudo artificiales que levantamos sobre los distintos campos del saber”.
Por su parte, Javier Garciadiego dijo que este es un libro provocador del que supo por primera vez el año pasado a través de una reseña aparecida en el suplemento Babelia del diario El País.
“Es un libro muy ambicioso que va más allá de las fechas precisas de la historia y se sumerge en los grandes procesos evolutivos de millones de años, todo ello además sin límites temáticos pues se sumerge en la historia política, económica, cultural, social e incluso de la vida cotidiana. Es un libro riguroso, pero no pretencioso, por el contrario se aparta de lo solemne y está escrito en un lenguaje sencillo, sin dejar con eso su sentido del humor y su ironía”, concluyó Javier Garciadiego.
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