La Inteligencia Artificial (IA) es un tema que se ha discutido desde varias décadas atrás, ya que siempre se ha mantenido la revolucionaria idea de que, mientras las máquinas hacen el trabajo, el humano utiliza la menor cantidad de esfuerzo posible.
Es por lo anterior que Nick Bostrom, filósofo y autor del libro Super Intelligence, declara que la IA debe observarse desde un punto de vista contextual, pues nuestro entorno cultural y social -incluso económico- altera su necesidad y su propósito; es decir, en los años sesenta y setenta, la IA era entendida solamente como máquinas facilitadoras del trabajo algorítmico del humano.
La Inteligencia Artificial (IA)
Mediano plazo
Sin embargo, ¿cuál es el contexto más próximo a nosotros? Para ejemplificar su argumento, Bostrom habla de los avances que ha tenido la IA en aplicaciones médicas donde es posible determinar un diagnóstico a partir de una fotografía; o en el área del entretenimiento que hace predicciones factibles del contenido que podría interesarte.
No obstante, el principal riesgo del desarrollo de la IA sería la sustitución total de la labor humana por aparatos. Al principio, esto podría aparentar algo positivo, pero si se toma en cuenta que la IA controlaría hasta las aplicaciones militares, políticas o económicas, el contexto cambiaría por completo. ¿Confiarías plenamente en un mecanismo que determinara si se lanza un misil?
Largo plazo
Aquí, Bostrom considera que las máquinas lograrían el cometido de aprender no sólo las tareas específicas que les sean asignadas, sino las anexadas a su sistema gracias a su experiencia -tal como lo aprenderían los seres humanos. Esta idea podría ser un poco abrumadora, pues éstas podrían realizar cualquier actividad de formas mucho más eficientes que un individuo con los mismos conocimientos.
Otra posibilidad que resultaría aún más aterradora (y a un plazo aún más largo) sería la siguiente: si el ser humano encontrara el método idóneo para crear un tipo de inteligencia superior a la suya, entonces, las máquinas autónomas idearían artificios mucho más desarrollados hasta convertirse en súper inteligentes. ¿De qué manera la inteligencia superior podría hacer lo que el humano le ordenara? ¿Cómo controlarla si es mejor de quien la maneja?
Las investigaciones continúan y a su vez, se está desarrollando un tipo de IA extremadamente superior. No obstante, también se planean nuevos procedimientos para dar solución al problema que presenta la falta de control sobre los mecanismos súper inteligentes.
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Andrés Roemer
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