- La Compañía Nacional de Teatro Clásico, de España, bajo la dirección de Helena Pimenta, presentará el clásico de Juan Ruiz de Alarcón, en versión de Ignacio García May
- El viernes 25 de julio, a las 20:00 horas; el sábado 26, a las 19:00, y el domingo 27, a las 13:00
La verdad sospechosa de Juan Ruiz de Alarcón es una compleja comedia, divertida y enredosa, barroca y frenética, que esconde entre sus vericuetos infinitos una constante reflexión, irónica, ácida y dolorosa, de la sociedad española del siglo XVII.
Con un montaje de esta obra clásica del mayor dramaturgo novohispano, en la que participó María Tereza Montoya, fue abierto hace casi ocho décadas el Palacio de Bellas Artes. Como parte de las actividades para conmemorar este aniversario, la Compañía Nacional de Teatro Clásico, de España, bajo la dirección de Helena Pimenta, presentará la versión de Ignacio García May de La verdad sospechosa en la Sala Principal del recinto de mármol, el viernes 25 de julio, a las 20:00 horas; el sábado 26, a las 19:00, y el domingo 27, a las 13:00.
La obra representa la mirada de un extranjero desengañado que soñaba con la tierra prometida, como había oído hablar de ella en su ciudad natal, y que al llegar a ella descubre los engaños. Hay en el texto una nostalgia constante del viajero que desea siempre encontrar un paraíso idealizado que ya no existe.
Escrita entre 1618 y 1621, y representada por primera vez por la compañía de Fernán Sánchez de Vargas el 1 de octubre de 1623, La verdad sospechosa es la gran creación dramática de Juan Ruiz de Alarcón. Se publicó en 1630 atribuida a Lope de Vega en la Parte veynte y dos de las comedias del Fénix de España, pero años más tarde apareció ya incluida en la Parte segunda de las comedias de Ruiz de Alarcón, editada en 1634 y cuidadosamente revisada por el autor.
Juan Ruiz de Alarcón tenía poco más de 42 años cuando la escribió en España, donde había llegado desde la Nueva España, su tierra natal. El texto puede inscribirse dentro de un grupo amplio de comedias de diferentes autores, en sintonía con los afanes del conde-duque de Olivares, valido de Felipe IV, para reformar las costumbres heredadas del reinado de Felipe III, intentando ofrecer mejores horizontes a una sociedad inmersa en la corrupción, la vanidad, la ostentación y el lujo.
En la obra aparecen indicaciones particularmente dirigidas a la nobleza cortesana, como son los personajes de La verdad sospechosa, a la que para servir de ejemplo se le solicitaba una rectitud moral que excluía especialmente el vicio de mentir. El texto mereció muy pronto interés fuera de España, como sucedió con Corneille, que tomó La verdad sospechosa como referente para Le menteur, y más tarde con Goldoni, a quien le sirvió de inspiración para Il bugiardo.
Dos historias de amor atravesadas por continuas equivocaciones, la relación de desencuentro entre un padre y un hijo, y el afán moralizante del autor mueven la maquinaria de La verdad sospechosa, articulada en torno a la figura de su protagonista, el mentiroso don García. Su desbordante imaginación, que le lleva por momentos a creerse las fábulas que él mismo construye, y la no menos falsa, aunque no tan llamativa, actitud de los que le rodean, dotan a la obra de una atmósfera imprevisible que se mueve en un presente continuo, en el que se hace difícil distinguir la verdad.
Juan Ruiz de Alarcón, mediante un lenguaje aparentemente sencillo, aunque de versificación y sintaxis complejas, mostró en La verdad sospechosa una asombrosa capacidad para conseguir que divierta y hasta enternezca don García, y que provoquen risas los sucesivos errores de interpretación o equivocaciones que sus palabras y actitud causan en los demás; y que seduzca al público, como lo hizo con Jacinta. No deja de sorprender que su carácter y su forma de actuar tan creativa sean los que saquen a la luz las falsedades de quienes están a su lado.
Es lógico que el Siglo de Oro se interesara por la mentira: al fin y al cabo, una mentira no es más que una forma de apariencia, lo cual preocupó a los artistas del siglo XVII. Y como el teatro de esa época es el teatro de la palabra por excelencia, forma y fondo encontraron en esta cuestión el tema perfecto.
La verdad sospechosa, en una primera lectura, parece solo la enésima versión cómica del cuento de Pedro y el lobo: el embustero al que, llegada la hora de la verdad, nadie cree. Pero enseguida se descubre que un gran dramaturgo como Juan Ruiz de Alarcón no se contentó con esto y formuló cuestiones muy serias, la más importante: ¿Qué es mentir en un ámbito donde la mentira ya no es la excepción, sino la norma?
Actúan en este montaje Fernando Sansegundo, Joaquín Notario, Rafa Castejón, Juan Meseguer, Marta Poveda, Nuria Gallardo, Pepa Pedroche, David Lorente, Pedro Almagro, Juanma Navas, Óscar Zafra, Alberto Gómez, Anabel Maurín, Mónica Buiza.
El pianista en escena es Miguel Huertas. La escenografía es de Alejandro Andújar; el vestuario, de Alejandro Andújar y Carmen Mancebo, y la iluminación, de Juan Gómez Cornejo.
La Compañía Nacional de Teatro Clásico, de España fue creada por Adolfo Marsillach en 1986. Tiene como misión principal la recuperación, preservación, producción y difusión del patrimonio teatral anterior al siglo XX, con especial énfasis en el Siglo de Oro.Helena Pimenta dirige la Compañía desde septiembre de 2011. Anteriormente fue encabezada por por Adolfo Marsillach, Rafael Pérez Sierra, Andrés Amorós, José Luis Alonso de Santos y Eduardo Vasco.
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